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Cuando la calidad es el destino

Galicia invita a visitar sus paisajes, su cultura y su forma de vida para estimular los sentidos. Sabores, sonidos y emociones para todos los públicos: misteriosos bosques, un magnético litoral y todo el encanto, a tiro de piedra

Hay destinos que se explican con datos y otros que solo pueden entenderse desde la experiencia. Galicia pertenece a este segundo grupo. Bajo el lema ¿Y si la calidad fuese un lugar?, Turismo de Galicia invita a recorrer la comunidad desde una mirada distinta: la de quienes buscan algo más que un paisaje cautivador y encuentran una forma de estar en el mundo.

La propuesta parte de una idea clara. La calidad no es un concepto abstracto, sino una suma de momentos, sabores, sonidos y emociones. En Galicia, esa calidad se manifiesta en la relación íntima entre naturaleza, cultura y vida cotidiana, una simbiosis que define su identidad y la diferencia de otros destinos.

Un mosaico para los sentidos

La campaña se apoya en un potente relato visual y sonoro. Imágenes que conectan el rumor del mar con la textura de los bosques y la niebla de la mañana con la luz dorada del atardecer, acompañadas por la música del compositor gallego Nico Casal. Cada escena está pensada para despertar sensaciones y convertir el viaje en una experiencia sensorial completa.

Bajo el lema ‘¿Y si la calidad fuese un lugar?’, Turismo de Galicia invita a recorrer la comunidad desde una mirada distinta

Para ello, se han elegido espacios en los que la belleza va de la mano de una emoción difícil de explicar, pero fácil de reconocer cuando se vive.

Del interior profundo a la costa abierta

Uno de esos lugares es la Ribeira Sacra, ese mágico territorio entre Lugo y Ourense donde el patrimonio histórico dialoga con un paisaje modelado por ríos y viñedos imposibles. Monasterios como Santa Cristina de Ribas de Sil o el Santuario das Ermidas (ambos en Ourense) se integran en el entorno como si siempre hubieran estado ahí, mientras la viticultura heroica y los vinos de la denominación de origen completan una experiencia que combina espiritualidad, tradición y placer gastronómico.

La naturaleza más intacta aparece en la sierra de O Courel y en el bosque de Os Grobos, ya en Lugo. Aquí, castaños y robles centenarios filtran la luz, las lagunas de origen glaciar sorprenden al caminante y la biodiversidad convierte cada ruta en un descubrimiento. Son espacios que invitan a caminar despacio, a escuchar y a reconectar.

Frente al Atlántico

El viaje continúa hacia el mar. Con cerca de 1.500 kilómetros de costa, Galicia es la comunidad con mayor litoral marítimo de España. En enclaves como cabo Silleiro, el Atlántico muestra todas sus caras: la calma hipnótica de los días serenos y la fuerza imponente de los temporales. Sus dos faros, guardianes históricos de la ría de Vigo, son hoy también espacios de disfrute, desde una taberna atlántica (el Faro Pequeno) a un hotel boutique suspendido sobre el océano (el faro levantado en 1924) con todas las comodidades de un cinco estrellas.

Con cerca de 1.500 kilómetros de costa, Galicia es la comunidad con mayor litoral marítimo de España

La campaña se detiene también en arenales como la playa de Carnota (A Coruña) o en la ría de Pontevedra, con la isla de Tambo como protagonista, escenarios donde el paisaje marca el ritmo y el tiempo parece dilatarse.

Patrimonio que se habita

La arquitectura histórica forma parte esencial de este relato. Los pazos gallegos, testigos de siglos de historia, se presentan hoy como espacios vivos. El Pazo de Ribadulla (A Coruña) o el Pazo Rubianes (Pontevedra), integrados en rutas como la de los Trenes Turísticos o la Ruta de la Camelia, permiten descubrir el pasado de Galicia a través de jardines, salones y paisajes cuidados al detalle.

El Camino de Santiago, símbolo universal de encuentro entre naturaleza, arquitectura e historia, completa este mapa emocional, con hitos como la catedral de Mondoñedo (Lugo) que recuerdan la profundidad cultural de la comunidad.

Más que un destino

¿Y si la calidad fuese un lugar? propone mirar Galicia no solo como un sitio al que viajar, sino como una experiencia que se queda. Un territorio en el que la excelencia no se exhibe, se vive. Donde cada paisaje, cada plato y cada conversación forman parte de una manera de entender el viaje —y la vida— con calma, autenticidad y sentido.

Sobre la firma

Kepa Conde
Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos, cursó el Máster de Periodismo EL PAÍS y realizó las prácticas en la sección Fútbol de As.com. ¿Su pasión? Viajar, descubrir y contarlo.

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