Un verano con los grandes maestros flamencos
‘Maestros flamencos in situ’ propone nueve recorridos originales para descubrir las joyas artísticas de Flandes a pie, en bici o en transporte público. Este rincón del planeta atesora tanto arte como naturaleza, gastronomía e historia

Una iglesia que esconde tesoros artísticos, castillos con joyas pictóricas y mucha historia, una vivienda que vio crecer y trabajar a un genio, y museos que combinan el esplendor del pasado con la tecnología de presente para que toda la familia disfrute de la historia del arte. La región belga de Flandes propone al viajero adentrarse en el legado artístico de sus grandes maestros como Van Eyck, Rubens, Van Dyck, Delvaux, Permeke y muchos otros. Varias de sus obras permanecen en el espacio para el que fueron creadas, o se ubican en lugares muy especiales e inspiradores.
A través del proyecto Maestros flamencos in situ se descubren no solo las obras y el virtuosismo innovador de sus artistas, sino su vínculo con el lugar en el que se exponen. A pie, en bicicleta –el medio por excelencia en este enclave occidental europeo– o en transporte público, se trata de nueve recorridos para un plan de verano que combina famosas ciudades históricas con otras localidades menos conocidas, y que incluyen sugerencias de visitas a otros lugares del patrimonio, propuestas gastronómicas y fábricas de cerveza, así como experiencias en bellos rincones naturales.

Los maestros en el mar
El primero de los recorridos se centra en la relación de los artistas con el mar. Ensor vivió en la ciudad de Ostende toda su vida –donde aún se puede visitar su casa–, y Paul Delvaux y Constant Permeke, aunque iniciaron su carrera pictórica en otros lugares, acabaron instalándose también en la costa flamenca. Por ello, merece la pena visitar los museos dedicados a sus figuras y sus legados. A pocos kilómetros de Ostende se encuentra el pueblo costero de Knokke, con una vibrante escena artística en la que destaca el atelier del artista visual Luc Peire, fallecido hace ahora tres décadas. Dunas, la reserva natural del Zwin, excursiones en bicicleta, visita a la cervecera Sint-Idesbald, a la lonja de pescado o a restaurantes de primer nivel completan la experiencia en la costa.
El rumbo de la imaginación: de paseo en Lovaina
Las iglesias, beaterios (recintos donde residían las beguinas) y abadías de la ciudad de Lovaina y sus alrededores albergan joyas únicas del arte religioso. En la Abadía del Parque –una de las mejores conservadas de Europa–, se pueden recorrer 900 años historia. Fue levantada en 1129 por los norbertinos, una orden caracterizada por su dedicación a la contemplación, el trabajo y la pobreza. En el centro de Lovaina, destaca la iglesia de San Pedro, de estilo gótico tardío, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que alberga La Última Cena de Dieric Bouts; la iglesia de Santa Gertrudis, junto al Beaterio Menor y Gran Beaterio, respectivamente, la iglesia de San Juan y sus murales, y la de San Quintín, donde admirar La última cena, el único cuadro conservado del maestro flamenco Jan Willems. En los alrededores de Lovaina, otros lugares del patrimonio merecen una visita también. Y es que esta villa, que este año celebra 600 años como ciudad universitaria –y que además es sede de la célebre fábrica de cerveza Stella Artois– da mucho de sí.
Theodoor van Loon, influencia de Caravaggio
Aunque el nombre de Theodoor van Loon no es tan conocido como el de Rubens o Van Dyck, el pintor barroco es también una figura que merece seguimiento. Su excepcional talento ya era evidente en sus primeras obras, impregnadas de elementos caravaggistas y elogiadas por su dramatismo y profundidad emocional. Su legado, que transgredió los límites del barroco flamenco, puede visitarse en lugares como Diest, la iglesia de peregrinación de Scherpenheuvel, Bruselas, Malinas y Lovaina.
En la primera localidad no hay que perderse la iglesia de Santa Catalina ni el museo municipal, donde se exhiben dos obras maestras de Theodoor van Loon: La presentación en el templo y La adoración de los Reyes Magos. Quien busque combinar las visitas culturales con alguna experiencia en la naturaleza, en la localidad de Diest encontrará opciones para alquilar un kayak o practicar packrafting en las tranquilas aguas del Demer.

Malinas... y más allá
En la época de la iconoclasia, varias iglesias y monasterios de Malinas se destruyeron, pero los maneblussers –como se conoce popularmente a los habitantes de Malinas– recuperaron lo perdido levantando altares, estatuas y pinturas. Este recorrido alberga creaciones de Peter Paul Rubens y otros talentos que aprendieron con él. Destacan, entre otras, la obra de Van Dyck en la catedral de San Rumoldo, a cuya torre se puede subir para admirar el carillón y las vistas desde lo alto, y la basílica de Nuestra Señora de Hanswijk, con sus impresionantes arcos y en relieve y su cúpula, obra de Lucas Faydherbe, el Rubens de la escultura de la escuela flamenca, aunque en Malinas hay varias iglesias monumentales con grandes obras. Una visita al Palacio Hof Van Busleyden, y un itinerario culinario con parada en la fábrica de cerveza Het Anker, son también interesantes propuestas para una encantadora estancia en esta ciudad que, en el siglo XVI, fue capital de los Países Bajos borgoñones.
Peter Paul Rubens: el ingenio de Amberes
Artista, comerciante, científico, diplomático y padre de familia, el talento de Rubens era extraordinario; se trata de uno de los pintores más versátiles e influyentes de todos los tiempos. Vivió gran parte de su vida en Amberes, donde además trabajó en el imponente estudio que construyó junto a su vivienda, la Rubenshuis. Actualmente está cerrada por renovación, pero se puede visitar en ella el jardín, la biblioteca y el espacio Rubens Experience. También hay que seguir la pista del genio flamenco a través de otros lugares de la ciudad como el museo de la imprenta Plantin-Moretus, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; la Catedral, la iglesia de San Pablo, que alberga La flagelación de Cristo, entre muchas obras de Rubens y otros artistas de renombre, la iglesia de San Carlos, la de San Andrés, y la de Santiago, donde está enterrado. En el Museo Real de Bellas Artes de Amberes se pueden contemplar también impresionantes retablos suyos.

Brujas, la Historia sigue viva
La historia de Brujas, durante siglos una de las ciudades más importantes de Eruropa, se refleja en muchas obras de artistas que encontraron su hogar en ella. El recorrido transcurre por seis sorprendentes lugares como el hospital de San Juan, un recinto medieval que sigue albergando, en los lugares originales, las obras maestras de Hans Memling 500 años después. De visita obligada es el palacio medieval municipal de Hof Bladelin, cuya agitada historia comenzó con Lorenzo de Médici y su esposa Clarice Orsini en el siglo XV, y el Historium, un espacio museístico interactivo para conocer la Brujas de esa época.
El Dominio de Adornes y la capilla de Jerusalén, la iglesia de Nuestra Señora, y la iglesia y convento de las Carmelitas Descalzas merecen también un alto en el camino. Buena idea es tomar una bicicleta y pedalear por los alrededores de la ciudad para descubrir la campiña, algunos castillos, o seguir la ruta de los puertos perdidos del Zwin.
Gante, de noche y de día
En Gante, el arte, el patrimonio y la historia se funden en una mezcla magistral. Desde la catedral de San Bavón, con su arquitectura gótica y el imprescindible retablo de los hermanos Van Eyck, La Adoración del Cordero Místico, hasta los murales de Théodore Canneel en la iglesia de San Salvador, y el Cristo en la Cruz de Antoon van Dyck, en la iglesia de San Miguel, son algunos ejemplos. Pero en Gante hay mucho más. El encanto de esta ciudad reside en sus plazas acogedoras, las callejuelas del barrio Patershol junto al Castillo de los Condes, las animadas orillas Graslei y Korenlei, el MSK o Museo de Bellas Artes, los palacios urbanos, los paseos nocturnos por una ciudad muy bien iluminada, o los recorridos en barco por el río Lys.

El río Lys, fuente inagotable de talento
A tiro de piedra de Gante, se descubre a lo largo del río Lys un mundo repleto de casas pintorescas, estudios de artistas y museos inspiradores. Es aquí donde surgió el grupo de artistas de la llamada Escuela de Latem. En esta ruta destacan lugares como el Museo Gevaert-Minne, el atelier del pintor Martin Wallaert, único superviviente del movimiento artístico de principios de siglo XX, el castillo Ooidonk, que combina el encanto medieval con la elegancia renacentista; la iglesia de San Martín, en Sint-Martens-Latem, con obras de Gustave van de Woestyne y George Minne, la iglesia de Nuestra Señora y el museo de Gust De Smet, un espacio que recrea la vivienda del artista y donde se expone su obra maestra: Dorpszonnetje.
Navegar por el río Lys, disfrutar del paisaje, de las rutas de senderismo por los bosques, de recorridos ciclistas y de la buena gastronomía junto al río conforman una vivencia de lo más idílica.
Cortrique, historia e imaginación
Perla histórica y llena de creatividad actual, Cortrique combina lo mejor de ambos mundos. Ineludibles a la visita son la iglesia de San Martin y de iglesia de Nuestra Señora, que alberga obras de Antoon van Dyck como El levantamiento de la cruz, un impresionante cuadro de 3,5 metros de alto y 2,8 de ancho, y Abby Kortrijk, un nuevo y peculiar museo de artes visuales situado en el parque del Beaterio, en el corazón histórico de Cortrique. Los arquitectos Barozzi Veiga y Tab Architects han transformado la histórica abadía de Groeninge en una joya atemporal para el arte, el encuentro y la imaginación.