Lacaton & Vassal: la arquitectura que no se ve pero que transforma
Los ganadores del Premio Pritzker 2021 llevan 30 años construyendo con lo mínimo y buscando soluciones a los grandes problemas energéticos. Este es un repaso a sus obras más emblemáticas
Por el mismo coste que el aislamiento al que obliga la nueva normativa, Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal rodearon tres bloques de viviendas con una nueva fachada que no solo aisló los pisos, también los amplió 20 metros con una galería que cumple el papel del aislante. Esa misma propuesta –ampliar para aislar con una estructura auto-portante por el mismo coste, levantada en dos semanas y sin desplazar a los inquilinos– la habían levantado en París (Torre Bois le Prête, 2011) o St. Nazaire, 2014. Siempre con Druot y Hutin. En 2019 estas intervenciones recibieron el premio Mies van der Rohe de la Unión Europea.Hacía poco que Lacaton & Vassal trabajaban juntos cuando en su ciudad les encargaron embellecer esta plaza. Fueron varios días a hablar con los vecinos. Comprobaron que los árboles estaban bien puestos –en el perímetro, junto a los bancos para crear sombra-. La gente jugaba a petanca. No entregaron dibujos sino un informe: el embellecimiento no era posible, la plaza ya tenía encanto. Propusieron limpiarla más a menudo. El Ayuntamiento aceptó.Esta remodelación puso de moda los muros de obra decapada en centros de arte contemporáneo. Fue involuntario. Lacaton&Vassal recibieron el encargo de la reforma del edificio decó con las obras ya empezadas. Decidieron ahorrar no enyesando las paredes que habían quedado descubiertas y dejando las columnas e instalaciones vistas. El Pompidou ya lo había hecho. Pero esta vez la versión no era pop si no povera. Y práctica: ganaron 20.000 metros cuadrados útiles.Con materiales plásticos y flexibles y espacios intermedios –como el de la casa para la familia de Anne-, los arquitectos levantaron varios grupos de viviendas como estas 23 en St. Nazaire.Este proyecto es el principio de todo. La familia de Anne Lacaton quería ampliar su casa de verano. Tenía poco dinero. Propusieron agrandarla como los invernaderos de la zona. En invierno conseguirían que el sol caldeara esa zona intermedia y se convertiría en un aislante que rebajaría la factura energética. En verano, abrirla sería suficiente para ventilar y aprovechar la sombra. El coste fue muy bajo.Un pino atraviesa los forjados de esta casa, construida rodeándolo, para no perder la sombra y no tener que talar el árbol.Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal respetaron la icónica nave portuaria de Dunkerque cuando les pidieron ampliar el Centro de Exposición de Arquitectura de Dunkerque. Mantuvieron la cubierta a dos aguas y la replicaron actualizando los materiales y aligerándolos para doblar el espacio.En el último proyecto de la pareja de arquitectos, su insistente cruzada por utilizar las galerías para aislar, ahorrar energía y ganar luminosidad, ha sido, finalmente, construida desde cero, no para reparar un edificio existente.