
Paredes que son afectos
Rodeados de plantas y de objetos queridos, el joyero Andrés Gallardo y su marido, Juan Carlos Vivas, han hecho realidad esa quimera —y en los últimos meses, obligación— de llevar una vida de barrio en el centro de Madrid.

En la imagen, vista del luminoso salón en el que destacan algunas piezas, como el móvil de Calder, el puf de terciopelo color calabaza de Habitat, la mesa danesa de teca de los años sesenta, la alfombra de rayas blancas y negras de Ikea, el bastidor de tela estampada del diseñador sueco Stig Lindberg o la estantería vintage con la colección de porcelanas que la pareja ha ido encontrando en diferentes rastros y anticuarios.
Asier Rua
En la imagen, retrato de Vivas (a la izquierda) y Gallardo, asomados a uno de los dos enormes patios a los que da la casa, que es interior.
Asier Rua
En un rincón del pasillo, un elefante de mimbre vintage sujeta varios cactus y plantas. En la pared, obras de Ochi Reyes, SuTurno y Nano4814, entre otros.
Asier Rua
En la imagen, vista del estudio-librería, con mesa-escritorio de Pablo Limón, sobre la que se ubican un jarrón de cerámica de Malarko y un juego de candelabros cromados de Fritz Nagel. Detrás, una silla roja vintage y una estantería de Ikea repleta de libros.
Asier Rua
En la imagen, comedor con sofá de Ikea, lámpara danesa y piezas de la colección de verduras de Vista Alegre. En la pared, platos de cerámica vintage y cuadro.
Asier Rua
En la imagen, siilla danesa, mesa vintage del Rastro de Madrid, colección de taxidermia de mariposas y lámina alemana de botánica comprada en Berlín. Sobre la chimenea, pareja de perros de porcelana de Casa Josephine y una jarra de cerámica de Sargadelos.
Asier Rua


