Cortesía
A los odiadores encarnizados no se les debería promocionar en los medios de comunicación


Cuando alguien nos cae mal, deberíamos conformarnos con eso, con que nos cayera mal. No es necesario que se muera, ni siquiera que enferme. Podemos convivir con personas que nos resultan antipáticas y viceversa. Constituye un sano ejercicio de tolerancia ser amable con quien nos provoca rechazo. Con frecuencia, ese rechazo proviene de un juicio previo, y mal fundamentado, que desaparece al conocer al interfecto. A veces, sin saberlo, odiamos en los demás lo que no soportamos en nosotros (se llama proyección). Los periódicos y la tele han devenido catálogos de personajes con los que identificarnos o desidentificarnos todo el rato. Pasan ante nuestros ojos como las marcas de yogures o automóviles en las pausas publicitarias. Ahí está el imbécil de Fulano o el cretino de Mengano, nos decimos, ojalá se muera. Quizá no explicitamos el “ojalá se muera”, pero en el fondo de nuestro corazón no nos importaría que tuviera un accidente. El rencor es un objeto de consumo que crea una adicción semejante al de las grasas industriales o al de los azúcares refinados. El afecto, en cambio, es preciso currárselo.
Por pura racionalidad, deberíamos combatir la animadversión gratuita, incluso la de pago. Los personajes públicos, cuya misión no es otra que la de construir un mundo habitable, podrían colaborar llevándose entre ellos un poco mejor. A los odiadores encarnizados como Aznar, por poner un ejemplo, no se les debería promocionar en los medios de comunicación, mucho menos en horario infantil. Los contribuyentes agradecemos las muestras de cortesía entre adversarios. Cortesía no es colegueo, no confundan los términos. Y aquí lo dejo porque creo que me estoy calentando y me da miedo caer en lo mismo que pretendía censurar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El Movistar Arena de Madrid conquista la plata como el segundo recinto con más actividad del mundo
Junqueras y otros tres condenados del ‘procés’ seguirán inhabilitados hasta que el Constitucional resuelva su recurso de amparo
El Hospital Virgen del Rocío reconoce haber pagado sobresueldos irregulares a coordinadores sanitarios, pero evita reclamar su devolución
Oliver Laxe: “Yo soy un escultor, ni me veo ni creo que gane el Oscar”
Lo más visto
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán
- La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo
- Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos




























































