Victoria para las mujeres

Por un estrecho margen de cuatro votos, el Congreso de los Diputados de Argentina ha aprobado una ley que permite abortar por decisión libre de la mujer hasta la semana 14 de gestación y, a partir de ese momento, en determinados supuestos. La decisión, a la que se ha llegado tras un largo y tenso debate, puede significar un antes y un después en la vida de las mujeres de ese país, que hasta ahora solo podían abortar en caso de violación o peligro para la vida de la madre. Pero la ley debe superar aún el escollo del Senado, donde la mayoría conservadora es más amplia que en el Congreso. La partida, sin embargo, no está perdida, pues los apoyos han ido en aumento. La sociedad argentina ha cambiado mucho y sus legisladores no pueden dar la espalda a una reivindicación mayoritaria entre las mujeres y, especialmente, entre las más jóvenes.

Hasta ahora el debate del aborto se ha tratado como un asunto moral, pero antes que nada es una cuestión de libertad y de salud pública. La prohibición no impide que se produzcan abortos. Consigue que se hagan en condiciones que ponen en riesgo la vida y la libertad de las mujeres, pues se arriesgan a elevadas condenas. A pesar de la prohibición, cada año abortan alrededor de 450.000 argentinas, muchas en el extranjero, pero la mayoría en el propio país de manera clandestina y sin seguridad. En 2016, 47.000 de ellas fueron hospitalizadas por complicaciones y 43 murieron.

Desde que se reinstauró la democracia ha habido siete intentos de regular el aborto, pero ninguno llegó a debatirse, ni siquiera durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, que sí promovió la ley del matrimonio homosexual. Mucho más coherente ha sido Mauricio Macri, pues a pesar de estar en contra del aborto, ha propiciado la votación de la ley y como presidente se ha mantenido al margen de la discusión. Si culmina con éxito, el paso dado en Argentina supondrá también un gran avance para el continente latinoamericano.