Los últimos días de la 'favela' del Silicon Valley de Pekín
En el barrio de Pekín donde están las sedes de los gigantes informáticos contrastan los asentamientos precarios donde viven los migrantes de las zonas rurales. Un campamento que las autoridades quieren erradicar
Se pueden ver cocinas comunes y gente que se ducha en las calles tratando de continuar con el estilo de vida que tenían en los poblados. Un campamento que las autoridades quieren erradicar. En la foto, un grupo de hombres miran como un residente (no visto) discute con un oficial de policía que intenta detener la construcción de duchas públicas.NICOLAS ASFOURI (AFP)Los equipos de demolición llegarán en pocos días para destruir el campamento hecho de ladrillos decrépitos y material ligero, como parte de un plan de renovación urbana.NICOLAS ASFOURI (AFP)En algunos meses, la municipalidad ha tapiado o destruido miles de viviendas, comercios o cafés acusados de romper las reglas de urbanismo. En la foto, un hombre se realiza un corte de pelo en la calle.NICOLAS ASFOURI (AFP)El objetivo de las autoridades es hacerle un "lifting" a la ciudad y limitar su población a 23 millones de personas para el año 2020. En la foto, varios hombres juegan al ajedrez chino en la calle.NICOLAS ASFOURI (AFP)Actualmente hay 22 millones y en los últimos 15 años la urbe ha aumentado su población en un 50%. En la foto, un hombre sale de un restaurante.NICOLAS ASFOURI (AFP)Los migrantes llegados del sudoeste de China, de zonas muy poco desarrolladas, se han instalados desde hace dos décadas en Zhongguancun, un barrio conocido como el "Silicon Valley chino", ya que alberga a gigantes informáticos como el motor de búsqueda Baidu, Lenovo, Tencent y Sohu. En la foto, varias personas descansan en una de las calles de la urbe.NICOLAS ASFOURI (AFP)El distrito de Zhongguancun, que alberga a prestigiosas universidades, se ha consolidado como el principal centro especializado en ciencias informáticas de China desde la década de 1980. En la foto, trabajadores de la construcción compran comida en un restaurante local.NICOLAS ASFOURI (AFP)En China hay cientos de millones de ‘migrantes’ internos, campesinos que se establecen en la capital en busca de trabajos mejor pagados. En la foto, trabajadores de la construcción comen en una calle tras su jornada.NICOLAS ASFOURI (AFP)Esta mano de obra ha contribuido al excepcional boom de la economía china. En la foto, varias personas esperan en una peluquería local.NICOLAS ASFOURI (AFP)Según los residentes, ellos realizan trabajos que la mayoría de pekineses no quiere hacer, como la limpieza o los trabajos manuales. En la foto, varias personas juegan al billar.NICOLAS ASFOURI (AFP)Poco a poco se fueron instalando en unas parcelas de tierra en el noroeste de Pekín, hacinados en viviendas precarias sin agua corriente. En la foto, una mujer se realiza un corte de pelo en una calle de la urbe.NICOLAS ASFOURI (AFP)Pero ahora, la presión demográfica hace que Pekín prefiera que desde la provincia lleguen trabajadores urbanos y con alguna titulación. En la foto, una mujer cocina en una de las calles del vecindario.NICOLAS ASFOURI (AFP)Uno de los mercados del barrio de 'migrantes' en la zona del 'Silicon Valley' pekinés.NICOLAS ASFOURI (AFP)En la foto, un residente que trabaja en una empresa de transporte habla por teléfono mientras cena en su casa del barrio cercano al 'Silicon Valley' de Pekín.NICOLAS ASFOURI (AFP)Las casas no tienen baño y las partes comunes están sucias. Algunos habitantes construyeron duchas improvisadas con barriles de plástico. En la foto, varias personas bromean mientras descansan en un sofá en una de las calles.NICOLAS ASFOURI (AFP)La mayoría de los migrantes ganan muy poco y no pueden permitirse tener consigo a sus hijos, quienes no pueden beneficiarse del derecho a la educación si se trasladan. En la foto, un hombre lava los platos en una zona común.NICOLAS ASFOURI (AFP)Los habitantes de esta urbe viven el día a día puesto que no es fácil quedarse y no saben que pasará el día de mañana. En la foto, un comerciante espera a sus clientes en una zona del vecindario.NICOLAS ASFOURI (AFP)