¿Me perseguirá el Estado si decido incumplir la ley? Si esta es la pregunta de Puigdemont, es innecesaria porque ya tiene la respuesta: Rajoy defenderá a España de los golpistas y/o secesionistas con toda la fuerza de la Ley. El president sabe que el ser humano decide, pero ¡ojo!, siempre dentro de la legalidad y tan solo en las decisiones que no afecten a terceros. Y si algún ser humano decide incumplir la ley, debe saber que la misma caerá con toda su fuerza sobre él. Ningún ser humano tiene derecho a decidir sobre lo que no es suyo. Ni individual ni colectivamente.José María Lorente (Valencia) FOTO: Toni Albir (EFE)Sr. Puigdemont, he mantenido una conversación privada con el Sr. Rajoy y me dice que sí, que enviará al ejército de tierra a la frontera para impedir el paso de personas sin visado, que bombardeará las posiciones independentistas y los submarinos nucleares impedirán el acceso o salida de embarcaciones de los puertos, y que si usted no está capacitado para defenderse, que avise a la OTAN, eso me ha dicho. Sr. Puigdemont, ni Rajoy ni ningún presidente democrático de España va a usar la fuerza para su caso independentista, se lo han dicho infinidad de veces, las leyes están para aplicarlas, respetarlas, y acatarlas, si Ud. no está de acuerdo, luche democráticamente.Ricardo Ojeda (Huelva) FOTO: Toni Albir (EFE)Carles Puigdemont ha lanzado una pregunta al señor Rajoy en relación al movimiento independentista catalán. La pregunta es “¿está usted dispuesto a utilizar la fuerza para impedir nuestro referéndum?”, no sé si han sido estas las palabras exactas, pero si no lo son se le parecen mucho. Creo que la respuesta es bien sencilla o, mejor dicho, las dos respuestas que, a mi entender, puede dar el presidente Rajoy. Si Puigdemont se refiere a la fuerza bruta, o sea, la fuerza de las armas, la respuesta debe ser no, con mayúsculas. Si se refiere a la fuerza de la razón, la respuesta debe ser sí. Claro que a estas alturas hablar de la fuerza de la razón entre dos presidentes que parecen haber perdido el oremus resulta, como mínimo, ridículo.José Ignacio Angulo (Valencia) FOTO: Toni Albir (EFE)
