Lacoste quiere ser eterno

La marca Lacoste está decidida a convencer de que su moda es eterna. La semana pasada presentaba al tenista Novak Djokovic como nuevo embajador de la marca. Ocurría justo 84 años después de la primera campaña publicitaria del mítico polo creado por otro jugador, René Lacoste, que ha pasado a la historia –además de por los títulos que ganó para Francia– por su apodo el apodo por el que se le conocía, El cocodrilo (lacoste), que después dio nombre a su famosa marca de ropa.

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La firma de moda francesa vuelve al ataque y lanza un anuncio en el que mezcla amor e intemporalidad para convencer del carácter eterno de sus prendas de estilo deportivo. El argumento va de flechazo: dos completos extraños que se cruzan en el andén de una estación y que se sienten atraídos como sólo ocurre en las películas y en los anuncios. Un impactante comienzo que invita a realizar un viaje a través de distintas décadas de la historia reciente y de los cambios que la moda ha experimentado.

La pareja, que trata de reencontrarse apasionada y atropelladamente, siempre se encuentra en algún escenario en el que hay trenes de por medio, pero mientras ella va variando su atuendo desde el glamour de los años 40 hasta ell estilo más informal del siglo XXI, su  enamorado permanece fiel a un polo y un jersey de cricket que no desentona en ningún momento del metraje.

Una epopeya romántica firmada por la agencia BECT, que quiere reafirmar el carácter eterno de las prendas Lacoste, esas que revolucionaron la vida de los deportistas y que después han conquistado la calle con su estilo deportivo o casual.