Río 2016: Los habitantes de Vila Autódromo estrenan casa
Cerca de 300 familias han luchado contra el desalojo forzoso en la comunidad de Vila Autódromo. Solamente 20 han conseguido su derecho a quedarse. El acuerdo era demoler sus viviendas y mudarse a unas de nueva construcción a menos de 100 m
Sandra Regina, de 53 años, juega con una pelota mientras su familia se muda a una de las veinte casas de nueva construcción para los habitantes que no quieren dejar la comunidad. Sandra ha vivido durante 20 años en Vila Autódromo, en Río de Janeiro.RICARDO MORAES (REUTERS)Luis Claudio ha vivido en Vila Autódromo por 23 años, asiste a una misa en la iglesia católica, el único edificio original que no será demolido en la comunidad de Río de Janeiro. RICARDO MORAES (REUTERS)Augosto Pereira carga con una tapa de un depósito de agua, durante la mudanza a su nueva casa en Vila Autódromo, en Río de Janeiro (Brasil).BARBARA WALTON (EFE)Una grúa demoliendo casas en Vila Autódromo, Río de Janeiro.BARBARA WALTON (EFE)Niños juegan en la favela de Vila Autódromo, en Río de Janeiro (Brasil).RICARDO MORAES (REUTERS)Maria da Penha, de 50 años, que ha vivido en la favela de Vila Autódromo durante 23 años, posa frente a su nueva casa, una de las veinte construidas para los residentes que rechazaron abandonar la comunidad, en Río de Janeiro (Brasil).RICARDO MORAES (REUTERS)Marcia Lemos (izquierda) saluda a Sandra Regina (centro) y Maria da Penha (izquierda) durante su visita a la favela de Vila Autódromo, donde estuvo viviendo recientemente. RICARDO MORAES (REUTERS)Residentes recién instalados en una de las casas a la sombra del Parque Olímpico, en Vila Autódromo, Río de Janeiro.BARBARA WALTON (EFE)Wanderson Augusto, que ha vivido en la comunidad 20 años, sujeta a sus gatos mientras su casa es demolida, después de haberse mudado a una de las veinte casas ofrecidas a los residentes que se negaron a abandonar Vila Autódromo.RICARDO MORAES (REUTERS)Un hombre se deja cortar el pelo en el jardín trasero de su nueva vivienda en Vila Autódromo, a la que ha podido acceder tres días antes del inicio de las Olimpiadas, en Río de Janeiro.BARBARA WALTON (EFE)