Miles de personas se ganan la vida trabajando en el cultivo de frutas y verduras en los invernaderos almerienses que surten a toda Europa. Viven desde hace años en cortijos ocupados y poblados chabolistas sin luz, agua corriente ni recogida de basuras.
Un trabajador maliense muestra sus manos después de una jornada de trabajo. Pese a llevar 10 años viviendo y trabajando en los invernaderos de Almería no tiene papeles.Santi PalaciosUn joven camerunés revisa una plantación de sandías en el interior de un invernadero en Níjar, Almería. Su jefe ha construido una vivenda junto a lso cultivos para que el trabajador pueda vivir en condiciones dignas.Santi PalaciosUn joven africano regresa a casa después de una jornada de trabajo en los invernaderos del municipio de Níjar, Almería.Santi PalaciosUn joven maliense sale del cortijo abandonado en el que vive junto a otros compañeros para buscar agua en una fuente cercana en Almería.Santi PalaciosUn joven maliense regresa al cortijo abandonado en el que vive, junto a otros compañeros, después de una jornada de trabajo en los invernaderos de Níjar, Almería.Santi PalaciosUn hombre recoge un cubo de agua en la cocina improvisada de uno de uno de los cortijos y asentamientos en los que malviven miles de migrantes que trabajan en los invernaderos del municipio almeriense de Níjar.Santi PalaciosVista parcial de los invernaderos del municipio de Níjar.Santi Palacios