En el año 1900, la escritora Isabel Pesado de Mier donó al Museo Nacional de Historia los primeros cuatro vestidos que dan comienzo a la colección indumentaria del centro. Las piezas corresponden a la época final de la Nueva España y han sido restaurados para su exhibición en el Castillo de Chapultepec. La cuantiosa colección se ha conseguido a través de donaciones y compras tras valorar la historia y la elaboración de cada prenda. “No es una exposición de moda, sin embargo quienes estudian la moda o están inmersos en ello pueden admirar el detallado trabajo de estas piezas”, señala la investigadora María Hernández.Saúl RuizEstos vestidos novohispanos del último tercio del siglo XVIII están inspirados en la moda inglesa de la época. Su manufactura es en seda y están decorados con piedras e hilos metálicos. Los historiadores indican que se tratan de trajes de fiesta elaborados a mano y que carecen de etiquetas con marcas porque eran diseños exclusivos para quienes los usaban. “Los ojos que se dedicaron a la confección o la decoración de esas prendas estuvieron mucho tiempo haciéndolo”, apunta Hernández. Los vestidos fueron donados por la escritora Isabel Pesado de Mier, a principios del siglo XX.Saúl RuizEste vestido de novia fue confeccionado a finales del siglo XIX y fue donado al Museo Nacional de Historia por una familia que lo usó por dos generaciones. La pieza retrata la moda del estilo polonesa en los diseños de la época, con un polizón francés en la parte trasera. El vestido debió pertenecer a una familia de un estrato económico alto, explica Hernández. “Hay que pensar que en este época se hacían los vestidos en los talleres gremiales o las señoras que se dedicaba a la alta costura en un taller en su casa, o en los conventos donde también se hacían trabajos manuales”.Saúl RuizLa exhibición también cuenta con un vestido de la actriz mexicana María Félix. Esta prenda de fiesta fue usada por la intérprete en su película La estrella vacía (1960). El vestido está confeccionado con la técnica del drapeado y tiene algunas incrustaciones de pedrería. Fue adquirido por el museo hace un par de años en una compra de 1.600 piezas para renovar la colección. El diseño fue adquirido sin el tul de la parte inferior y fue restaurado para esta muestra.Saúl RuizUna vitrina especial guarda algunas prendas y accesorios que pertenecieron a la emperatriz Carlota de Habsburgo. Una chalina, unos mitones, unas sandalias y unos botines. Algunos de ellos fueron entregados al museo por donadores y otros por la misma emperatriz antes de su salida de México en 1866. Algunas de las pertenencias de Maximiliano y Carlota se encuentran en la colección permanente del Museo Nacional de Historia, entre ellas también están algunos de sus accesorios personales como peinetas y botones.Saúl RuizEl recorrido de vestidos, sombreros, bolsos y zapatos se interrumpe por la exhibición de un pañuelo blanco. En ese trozo de tela se conservó durante una época en el siglo XIX el cráneo del conquistador extremeño Hernán Cortés. Su cuerpo ha sido exhumado en ocho ocasiones y en 1836, el historiador Lucas Alamán documentó la existencia del pañuelo con el que fue enterrado. El frágil pañuelo es la única pieza de la exhibición que no tuvo un uso de vestimenta pero que por su valor histórico permanece en la colección del museo.Saúl RuizLos primeros vestidos y accesorios que tenían una marca o pertenecían a un diseñador aparecieron a principios del siglo XX. La colección del Museo Nacional de Historia muestra algunos de los zapatos de la casa Meier, que desde su sede en Parí importaba calzado en la época. La firma alcanzó su fama al elaborar el calzado de la reina Isabel de Inglaterra. Además de los zapatos, en la muestra se exhiben sombreros, pamelas y vestidos de las marcas Balenciaga, Dior y Chanel del siglo pasado.Saúl Ruiz“En lo que va del siglo XXI nuestra colección se ha multiplicado notablemente”, asegura la curadora de la exposición María Hernández. Una de las piezas más preciadas por el museo es un vestido del diseñador inglés por Charles Frederick Worth. El creativo es considerado el padre de la alta costura, fue uno de los primeros en firmar sus creaciones y se definió por su estilo clásico de finales del siglo XIX. “Fue el primero en usar modelos humanas”, relata Hernández frente al modelo que fue exportado a México. La exposición bpermanecerá en el Castillo de Chapultepec hasta julio de 2015.Saúl Ruiz