El hospital para tuberculosos de Cesuras, planificado y construido en los años 20 del siglo pasado, nunca llegó a terminarse. Actualmente, a pesar de su riqueza arquitectónica y del entorno natural en el que se localiza, se encuentra en un total estado de abandono.Iria PenaUna de las estancias del Hospital Tuberculoso de O' Paraxón. El entorno arbolado y su altitud, garantizaba la pureza del aire, un factor fundamental para los enfermos de tuberculosis.Iria Pena.La maleza esconde los dos pisos de la fachada principal de la Casa do Cortés (Guísamo), haciendo desaparecer la torre principal y el soportal de entrada con columnas y arcos de medio punto.Iria PenaLas ruinas esconden joyas de todo tipo, como este coche, un Hudson Sedan de 1947.Iria PenaInterior de una casa campesina en Abegondo. La construcción de arquitectura popular gallega se divide en dos pisos, en el bajo se encuentra la cocina y la cuadra y en el primer piso las habitaciones.Iria PenaLa hojarasca y la soledad crecen entre las paredes de piedra de esta casa campesina en Abegondo.Iria PenaEl encanto de los pequeños detalles que inundan estos espacios, se aprecia en este pequeño cesto con rosas situado en una de las puertas de entrada de las Casas Bailly (Cambre).Iria PenaEntre los restos de las casas aún quedan pequeños utensilios diarios que conservan también su particular belleza.Iria PenaEdificio aledaño a la Casa do Cortés (Guísamo).Iria PenaLas raíces crecen entre la barandilla de las escaleras de la Casa do Cortés (Guísamo).Iria PenaAntiguas cajas de alimentos, como el del clásico postre "Flanin El Niño", se esconden aún entre los destartalados muebles de cocina de estas viviendas.Iria Pena
