Y ahora, los festivos

Ahora les ha dado por recortar los días festivos. Es sabido que, frente a Europa, tenemos esa desafortunada imagen de “país de vacaciones” ya que gozamos de un mayor número de fiestas anuales y también de unas vacaciones de verano más largas que algunos países. Pero, ¿alguien se ha planteado comparar la jornada laboral? ¿O los salarios? ¿O la tasa de desempleo? No creo que muchos en el norte de Europa acaben de trabajar a las 10 de la noche, cobrando un salario mínimo de 600 euros al mes y levantándose cada día con miedo de quedarse sin trabajo.

Me parece aceptable que quieran “parecerse más a Europa”, pero no comparemos uvas con peras: si nos reducen los días festivos —cosa que me parece aceptable si tenemos en cuenta que en cuatro meses se concentran la Diada, la Mercè, el Pilar, Todos los Santos, la Constitución, la Inmaculada y las Navidades—, que nuestra jornada laboral se ciña también a las ocho horas, que se invierta más en una educación de calidad y en la creación de puestos de trabajo para evitar las tasas desorbitadas de desempleo. Y no olvidemos el hecho de que muchos recién licenciados deban emigrar en busca de oportunidades.— Eira Mogas Díez.