Un príncipe inglés en la corte del cine 'indie' más americano
Carlos de Inglaterra presenta en Sundance London, junto a Robert Redford, una película sobre medioambiente donde actúa como narrador

Carlos de Inglaterra y Robert Redford tienen un denominador común: su compromiso con el medio ambiente. Por eso, no extraña que príncipe de Gales compartiera el domingo pasado photocall con el actor y director en Londres. Y es que espíritu del cine indie que el festival de Sundance promueve en la pequeña localidad de Park City, en las montañas de Utah (Estados Unidos) desde hace casi tres décadas, se trasladó a Londres de la mano de su ideólogo, el protagonista de Memorias de África. El programa incluía “eventos especiales” y entre ellos, destacaba un filme: Harmony: a new way of looking at our world (Unidad: una nueva manera de mirar nuestro mundo).
Es aquí donde entra en juego la figura del príncipe de Gales, que actúa de narrador en esta película de Stuart Senders. El futuro heredero de la corona británica cuenta en la introducción cómo ha trabajado con defensores del medioambiente, gobiernos, líderes empresariales y artistas con el fin de atender los problemas relativos al cambio climático.
“Hay una parte relevante de Sundance que habitualmente queda oculta por las películas: su vertiente ecológica. He pasado gran parte de mi vida trabajando por la conservación y la sostenibilidad del medio ambiente, así que es natural que proyectemos esta película”, explicó Redford, de 75 años. Carlos de Inglaterra, afirmó que los peligros y los desafíos que afronta el mundo son “más intensos y más urgentes”, mientras que Redford señaló que tanto él como el príncipe “sienten lo mismo” sobre la importancia de defender el medioambiente".
"Esa preocupación se ha puesto de manifiesto a través de la acción. Lo que ha hecho el príncipe Carlos para comprometerse con ese ideal es increíble”, destacó Redford. El actor dijo además que hay una "responsabilidad colectiva" de defender la naturaleza.
Esta es la primera vez que Sundance traspasa las fronteras de Estados Unidos, para que los londinenses puedan acceder a una versión a escala de un festival independiente que, con los años ha ido ganando en glamour.
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