Mutua Madrileña se convierte en un gigante de los fondos de inversión
El brazo inversor de la aseguradora va a cerrar el año con 28.100 millones de euros de activos gestionados

Mutua Madrileña Automovilista ya no es lo que era. Es mucho más. Más diversa. Más grande. Mejor. La Sociedad de Seguros a Prima Fija que un grupo de pequeños empresarios creó en 1930 para asegurar sus coches arrancó con 80 contratos y solo dos empleados. Nueve décadas después se ha convertido en la mayor compañía de España en seguros generales, con unos ingresos de casi 9.000 millones de euros.
Los dos apellidos del grupo —Madrileña Automovilista— hace tiempo que se le quedaron pequeños: factura más fuera de Madrid que en la capital, cuenta con varias filiales en el extranjero, y hace más dinero con otras tipologías de seguros que con los de automóviles. Ahora prima la marca Mutua. A secas. En los últimos tiempos ha emprendido además una nueva mutación para convertirse en un gigante de los fondos de inversión y sentarse a la mesa de la gran banca. Su brazo inversor va a acabar el ejercicio con un patrimonio gestionado de más de 28.000 millones de euros, adelantando a la mayoría de los bancos españoles de mediano tamaño.
Tristán Pascual del Pobil es el responsable de esta unidad, como subdirector general del negocio patrimonial. “Recuerdo perfectamente aquel consejo de administración a finales de 2017 cuando el presidente [Ignacio Garralda] nos comunicó la decisión de que el área de gestión de activos se iba a convertir en una de las prioridades estratégicas del grupo”, rememora el directivo.
Por aquel entonces, Mutuactivos —la gestora de fondos del grupo Mutua— ya acumulaba un patrimonio bajo gestión por valor de 7.000 millones de euros. Esta filial se había creado en 1985. Durante los primeros años tan solo se encargaba de gestionar las inversiones financieras de la compañía aseguradora. Su buen hacer llamó la atención de clientes institucionales (gestoras de pensiones, entidades financieras...) que quisieron invertir de la mano de la Mutua. Poco a poco, sus fondos se fueron ampliando a nuevas categorías (Bolsa, acciones tecnológicas, deuda corporativa...) y abriéndose a todo tipo de clientes.
En las tres primeras décadas de historia de Mutuactivos, su crecimiento fue puramente orgánico, pero desde que este segmento se volvió una prioridad estratégica para el grupo, su tamaño se ha multiplicado por cuatro. En siete siete años. De 7.000 a 28.000 millones. De este importe, solo el 20% es dinero de Mutua. El resto es de clientes que le han confiado sus inversiones.
“Pronto vimos claro que si queríamos ser un jugador relevante tendríamos que hacer compras, así que nos pusimos manos a la obra”, relata Pascual del Pobil. El 14 de diciembre de 2018 se anunció la primera operación: la adquisición del 50,1% de la firma de banca privada Alantra Wealth Management; una semana más tarde cayó la segunda, la toma del 30% de la gestora catalana EDM. En los siguientes dos años se produjeron la adquisición del 20% de Cygnus; de un 20% de Alantra AM (especializada en activos alternativos) y del 40% de la gestora vasca de patrimonios Orienta Capital.
Salvo en el caso de Cygnus —“una operación que no prosperó porque se dio en un momento delicado de mercado, pero que no nos ha costado nada”, apunta el directivo— y de Alantra AM —“que se ha mantenido como participación financiera”—, en las otras tres entidades el grupo Mutua ha ido aumentando la participación hasta alcanzar la mayoría. Ya bajo el mismo paraguas, Orienta Capital y Alantra Wealth se han fusionado y Mutua controla el 100% de la sociedad, mientras que EDM mantiene su marca y el grupo asegurador posee el 86% de las acciones. Mutuactivos, por su parte, sigue funcionando de forma autónoma.
“Cada una de las operaciones tenía su lógica específica, no se ha tratado de crecer por crecer. Con EDM desembarcábamos con mucha fuerza en Cataluña, donde casi no teníamos presencia, y ganábamos también peso en fondos de Bolsa”, reflexiona Tristán del Pobil. “Mientras, Orienta y Alantra nos permitieron ganar un gran protagonismo en el País Vasco”.
La previsión para el cierre de 2025 es que el negocio de gestión de patrimonios roce los 72 millones de euros de beneficio antes de impuestos, frente a los 19 millones de hace siete años.
En todo este proceso de crecimiento, Mutua no se ha centrado solo en el negocio de la gestión de fondos, sino que ha ido avanzando también en el asesoramiento a grandes patrimonios. Lo que suele denominarse banca privada. Con contratos de gestión discrecional de carteras de clientes que en algunos casos superan los 10 millones de euros. Y distribución de fondos de capital riesgo, donde tienen compromisos de inversión por valor de más de 1.000 millones de euros. Mutua ya no solo compite con Mapfre o Línea Directa, también lo hace con el Santander, CaixaBank o el BBVA, e incluso con UBS o JP Morgan, por administrar el dinero de la clientela más adinerada.
Entre Mutuactivos, Orienta Wealth y EDM, la aseguradora madrileña cuenta con oficinas de banca privada en la capital de España, Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, A Coruña, Valladolid, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Zaragoza... y también en Ciudad de México.
Ampliar el desarrollo de este negocio sigue siendo uno de los objetivos prioritarios del grupo Mutua. “Continuar creciendo y desarrollándonos en el ámbito del asesoramiento patrimonial y la banca privada es uno de los objetivos establecidos en el actual plan estratégico 2024-2026 del grupo Mutua”, explicaba el presidente, Ignacio Garralda, durante la última Junta de Mutualistas, celebrada el pasado mes de abril.
¿Habrá más compras de gestoras de fondos? “Podría ser. Seguimos viendo posibles operaciones, pero siempre buscamos que nos aporten algo en términos estratégicos. Ya tenemos una base muy sólida y no se trata de crecer por crecer”, sintetiza Tristán del Pobil, en su despacho de Mutuactivos. La pequeña gestora de una aseguradora empieza a tener ya vida propia, cuenta con un edificio casi en exclusiva, con acceso por la prestigiosa calle Fortuny del barrio de Chamberí, y con despachos donde a diario entran clientes para que los banqueros de la aseguradora les asesoren sobre dónde invertir su dinero.
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