Bienvenidos a la era de las reformas de vivienda carísimas y con plazos disparatados: estos son los motivos
El aumento del coste de los materiales y de la mano de obra, unido a una fuerte demanda por la imposibilidad de cambiar de casa, provocan una tormenta perfecta


El parqué cuesta 8.000 euros, la instalación de una viga de madera supera los 7.000 y el tubo de la chimenea asciende a 1.500 euros. Estas son solo algunas de las partidas de las que se queja amargamente María Piñeiro al analizar el presupuesto que acaba de recibir por reformar y ampliar una casa familiar añadiendo 45 metros en el municipio de Gondomar, en Pontevedra. “Pedimos cuatro presupuestos a empresas de la zona hace tres meses y solo hemos recibido uno. Las demás nos han dicho que están desbordadas o sus plazos de inicio de ejecución son en 2027 porque tienen demasiado trabajo contratado”, cuenta. El presupuesto supera los 3.000 euros el metro cuadrado “para un espacio que no tiene tabiques, ni baño, ni una gran complejidad técnica”, aunque se trata de una casa muy eficiente (passive house). “Después de dos años de tramitación de los permisos y con un presupuesto cerrado en la mano nos planteamos: ¿de verdad merece la pena?”, se lamenta Piñeiro.
Para entender por qué los presupuestos de cualquier reforma se han encarecido y los plazos para empezar las obras se dilatan en el tiempo hay que remontarse cinco años atrás. La pandemia cambió por completo la relación de los ciudadanos con sus viviendas. La solicitud de reformas para atender las nuevas necesidades desveladas por el confinamiento se disparó. “Hubo una demanda brutal, listas de espera y proveedores desbordados. La pandemia fue el punto de inflexión más grande que he visto en 25 años de profesión”, cuenta César Martín, fundador y director de ArQuality, estudio de arquitectura especializado en reformas integrales y rehabilitación de viviendas en la Comunidad de Madrid.
También impactó en los precios, sobre todo tras el inicio, en 2022, de la guerra de Ucrania. “Encareció toda la actividad como consecuencia del fortísimo incremento de los precios de la energía”, señala Álvaro Vega, director regional de PlanRadar en España, Francia e Italia, que cifra la subida de precios de los materiales entre el 10% y el 40% desde 2020.
El índice de costes de construcción del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha registrado un alza del 29% entre 2020 y 2024. Si, además, se tiene en cuenta la mano de obra, el dato es del 23%. El acero, el aluminio y la madera han subido más de un 25% en menos de dos años. “El cemento, el hormigón, el vidrio, radiadores, calderas y aparatos sanitarios se han encarecido del orden del 40% desde 2020”, indica Germán Pérez, presidente de UVE Valoraciones, que recuerda que “los precios de reforma son más caros que sus equivalentes de obra nueva al tratarse de obras más pequeñas”.
Los trabajos de carpintería, electricidad y revestimientos han sido los más afectados, al ser los que combinan los materiales más caros y una mano de obra más especializada: en carpintería, todas las piezas hechas a medida (frentes de armario, ventanas…); en electricidad, además del cobre, influye la mayor electrificación, y en revestimientos, los porcelánicos y cerámicos subieron por el precio del gas.
De vuelta al presente, resulta que todos estos costes no han vuelto al punto de partida. “El mercado se ha reajustado al alza y parece que de forma permanente”, señala Martín, que afirma que, ahora que los precios de los materiales se han estabilizado, es la mano de obra la que encarece los presupuestos de reforma. “No hay margen para ajustar nada, así de simple, hay más demanda que manos”, afirma. Un carpintero cobra por mano de obra entre 25 y 35 euros la hora, hasta 60 euros para puertas y armarios y hasta 150 si son lacadas.
Albert Jané, director técnico de la empresa Aquí tu Reforma, cuantifica que “la mano de obra se ha encarecido hasta un 20%, sobre todo en partidas que requieren de personal cualificado”. Oficios como la albañilería, el cartón-yeso, la fontanería y la electricidad requieren de profesionales especializados y capacitados para realizar lo que en el argot de obra se conoce como “trabajo fino”, explica.
Esta es la principal razón de los retrasos en la entrega de presupuestos y en el inicio y finalización de las obras, algo que repercute directamente en los precios. “Los plazos de ejecución se han alargado más de un 20% en el caso de las reformas integrales, de cinco a seis meses aproximadamente”, cuenta Carlos Candanedo, consejero delegado de Gilmar Soluciones Constructivas. “Nosotros lo vivimos cada día: hay proyectos que se retrasan semanas solo porque falta un instalador concreto”, dice Martín.
Y para añadir más leña al fuego, la demanda sigue siendo alta, aunque “el ritmo de crecimiento respecto al bum pospandemia se ha moderado”, asegura el director técnico de Aquí tu Reforma. Una demanda que se decanta por las remodelaciones integrales. “El aumento del precio de compra de la vivienda y la escasez de oferta han provocado que mucha gente decida hacer una reforma de forma integral de la casa en la que vive. El cliente va buscando más confort y más eficiencia energética”, dice Candanedo. En Gilmar Soluciones Constructivas, siete de cada diez trabajos son reformas integrales, frente al 30% que son pequeñas mejoras (baños, cocinas, carpintería exterior…). Los que consiguen comprar una vivienda, ya sea para uso propio o para su puesta en alquiler, también recurren a las mejoras. “Una casa reformada puede incrementar el precio de venta en un 25%”, sostiene Candanedo.
La factura
El presupuesto depende de multitud de factores. Es importante la ubicación, el tamaño de la casa, el estado previo, si hay ascensor y aparcamiento, si se requieren licencias especiales… Una referencia para conocer los costes es Madrid que, junto con Barcelona, son los mercados más caros: entre 600 y 1.200 euros por metro cuadrado, según las calidades. Una reforma de calidad básica puede situarse entre 450 y 600 euros por metro cuadrado, una de calidad media oscila entre 700 y 900, y una premium puede superar los 1.000 euros, de acuerdo con ArQuality, cuyo análisis de mercado está basado en fuentes especializadas, empresas del sector, plataformas de comparación y organismos oficiales. “Una vivienda de 100 metros cuadrados se sitúa entre 45.000 y 90.000 euros, según calidades”, sostiene Martín.
El objetivo es adaptar la vivienda a la forma de vida de su propietario y no al revés. “Solicitan cambiar la distribución, por ejemplo, piden cocinas abiertas al salón, así como el cambio de sistemas de climatización, sobre todo por aerotermia con suelo radiante”, dice Candanedo. “Otra de las partidas que también han subido de forma clara es la de calefacción o climatización, debido a una modernización brutal fruto de la necesidad de aminorar al máximo el gasto energético”, cuenta Martín.
El cliente quiere espacios abiertos, zonas luminosas, eficiencia energética y comodidad para teletrabajar. De acuerdo con el consejero delegado de ArQuality, “ya no se reforma solo por estética, sino por estrategia vital. Por eso, la mayoría de los trabajos hoy son integrales, tanto reconfigurando espacios como actualizando todas las instalaciones con unos acabados medios”.
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