Incubadoras, el cobijo de la vanguardia
Son empresas punteras de base tecnológica, el empeño de emprendedores cualificados, tenaces. Y temerarios, se diría, por los riesgos que afrontan. ¿Seguirán en pie de aquí a dos o tres años? Su supervivencia se multiplica en el seno de una incubadora especialista
La buena salud de las startups. Su necesidad se refleja en la proliferación de radiografías, análisis de consultoras y observatorios (*). Con conclusiones bipolares. Unas optimistas, como que en 2024 la inversión ha crecido un 36%, crean más de 100.000 empleos directos, de calidad, y su impacto económico supera los 11.500 millones de euros.
Otras conclusiones congelan el ánimo. Que tanta cualificación, tanto esfuerzo inversor y cálculo de viabilidad acaba con el cierre de la persiana en casi el 70% de los casos, sobre todo por falta de capital antes de lograr ingresos suficientes. Su propuesta tecnológica podía ser brillante, como su equipo humano, pero fallan factores como la escalabilidad del producto, el modelo de comercialización o el enfoque de cliente.
Necesitan asesoría, contactos, medios técnicos, tiempo, y el lugar donde encontrarlos. De ahí que los informes recomienden el recurso de aceleradoras e incubadoras para superar esa primera fase incierta y de alta mortalidad.
3D Incubator es la incubadora no genérica pionera en Europa para impresión 3D con más de 116 proyectos en un lustro, el 74,1% aún activos
Veamos ocho ejemplos de startups proyectadas en dos incubadoras no genéricas, sino especialistas en sectores tecnológicos emergentes: Logistics 4.0 Incubator, la primera española enfocada en logística 4.0 (59 proyectos incubados, con un 89,8% de supervivencia más allá de los dos años), y 3D Incubator, pionera en Europa para impresión 3D (más de 116 proyectos en un lustro, el 74,1% aún activos). Ambas, impulsadas por una entidad pública, el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, con el apoyo de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España y los fondos europeos FEDER.
La visión inteligente de tres profesores, y sin embargo empresarios
El conocimiento universitario no termina de transferirse a la sociedad en forma de tecnologías útiles para las empresas. He aquí una de las debilidades estructurales de la economía española, pero no de Bleecker Technologies, spin-off de la Universidad de Murcia fundada por tres profesores de informática volcados en proyectos de investigación aplicada. “El camino del emprendimiento lo recorren muy pocos profesores —apunta Félix J. García, CEO y cofundador— para que sus esfuerzos no acaben olvidados en un cajón o sean otros los que se beneficien de ellos”. El resultado de su esfuerzo es una plataforma de Inteligencia Artificial (IA) y Visión Artificial que identifica objetos mediante imagen y vídeo. Supone un salto cualitativo, con códigos propios patentados, frente a los códigos de barras y RFID, ciegos y ya obsoletos con sus 50 y 20 años de vida. Y por tanto, un reto para las empresas apegadas “a las tecnologías de siempre”. Frente a ese limitado servicio tradicional, el sistema detecta mercancías no etiquetadas, calcula sus dimensiones, las identifica en movimiento incluso a larga distancia y puede leer varios códigos en la misma imagen, todo de forma automática y para cualquier operador logístico, distribuidor o sector.
Si Bleecker conecta universidad y empresa, la incubadora conecta a Bleecker con el mercado. “Ignorar su ayuda sería un grave error estratégico, una incubadora puede marcar claramente la diferencia entre éxito y fracaso”, añade el CEO. “Logistics 4.0 Incubator nos ha permitido diseñar y desarrollar cámaras inteligentes propias, específicamente optimizadas para potenciar el rendimiento del sistema, reducir la carga computacional, impulsar nuestra escalabilidad y eficiencia operativa, reducir costes y simplificar la infraestructura de implantación”. “No habríamos alcanzado tal nivel de crecimiento y consolidación sin su respaldo”.
El transporte acelera sobre autopistas (de datos)
Los caminos del emprendimiento son inescrutables. Imaginemos a un estudiante brillante, con cabeza para licenciarse en ingeniería de caminos e ingeniería computacional por el Imperial College de Londres. Que empieza a trabajar como analista de datos en una financiera de referencia. Con solo 25 años dirige una división de Analytics y después se especializa en gestión de riesgos para la banca y fondos globales de inversión. Funda su propia empresa de desarrollo de software. Como en un empresario vida personal y vida profesional a menudo coinciden, regresa a casa, a la empresa familiar de transporte, y le da la vuelta como a un calcetín. Advierte que “en Cataluña el transporte tradicional casi no usa datos y las empresas industriales medianas podrían ahorrar cuantiosos costes gracias a la logística inteligente”.
Se llama Albert Celma y el fruto de su visión, en parte impulsada desde Logistics 4.0 Incubator, es Kepler, plataforma para cadenas de suministro que mediante IA y análisis de datos predice demanda, ayuda a tomar decisiones informadas y automatiza procesos. Lo mismo gestiona grandes volúmenes de pedidos vía mail y los asigna a vehículos, que coordina carga y trasporte, realiza la post-facturación o procesa cobros. Del casi todo analógico al todo digital en una sola plataforma para empresas de hasta 50 vehículos, que así pueden crecer sin multiplicar plantilla.
Kepler también crece, espera captar fondos de capital riesgo en los próximos meses. “La incubadora ayuda a conectar con las necesidades específicas de empresas punteras —explica Celma—, por ejemplo ya colaboramos con una empresa de alimentación, líder en España, para el análisis predictivo de su demanda y la asignación eficiente y dinámica de rutas”.
Un lenguaje común para tecnologías diferentes
La logística 4.0 enfrenta una paradoja: cada vez dispone de más herramientas de gestión, pero cada vez corre más riesgo de fallar si no trabajan coordinadas al milisegundo. Cuando esa incomunicación digital se agrava con la incomunicación entre los equipos tecnológicos y los de negocio, surge la oportunidad que aprovecha Kovix: su plataforma integra múltiples sistemas de automatización, gestión de almacenes y transporte con una capa de IA que los armoniza.
“Esa desconexión es un patrón en industrias de todo tipo y no solo resulta frustrante, también ralentiza la innovación”, apunta el director de Operaciones y cofundador de la compañía, Matías Kohan. Su software se guía por la empatía: antes de escribir la primera línea de código y personalizar la solución, sus profesionales conviven con el cliente para conocer su día a día, “sus desafíos y dolores de cabeza”.
Kovix nace en Argentina, se expande por EEUU, Colombia, México. Y en España, a partir de Logistics 4.0 Incubator. “Nos adentrarnos en un ecosistema de 45 startups con modelos de negocio y tecnologías más que interesantes, en sintonía con lo que ofrecemos. Compartimos valores y algunas nos resultan 100% compatibles y complementarias. Podemos lograr acuerdos y trabajar en un futuro próximo para ofrecer productos, en conjunto, mucho más robustos”, añade Kohan. Kovix ya trabajaba con aerolíneas, minoristas y plataformas de comercio online, pero su expansión en Europa necesita el “socio estratégico” que ha encontrado en la incubadora. “Desde ella accedemos a eventos y ferias nacionales e internacionales, a presentaciones con altos cargos de empresas de primer nivel mundial. De otra forma nos habría resultado mucho más difícil cruzar esas puertas”.

Estas gafas permiten ver de cerca la economía
¿Una simple montura de gafas puede representar algunas de las macrotendencias industriales? Puede. Pensemos en un modelo importado desde China, que se produce con técnicas convencionales, como el moldeo por inyección, y allí deja buena parte de la rentabilidad social y financiera. Existe la montura (y la tendencia) opuesta: fabricada por la startup ele en Cataluña mediante impresión 3D para producir bajo demanda, sin desperdicio de material ni la huella del transporte intercontinental. Y con estímulo a la economía autóctona desde el taller fabricante y los servicios de apoyo (como la firma Meraki Tech Solutions con la que se alía ele y el desarrollo de una distribuidora) a la formación y contratación de talento especializado.
Ese modelo alternativo industrial, de negocio y consumo se apoya localmente en 3D Incubator: “Ha sido fundamental para impulsarnos —explica Raül Villalba, CEO y fundador—. Nos ha proporcionado el entorno, el soporte técnico y el acceso a tecnologías para desarrollar nuestra propuesta, experimentar, perfeccionar procesos y construir una base sólida sobre la que escalar la marca”. Gracias a ese soporte, ele ha ensayado técnicas impresoras de última generación para equilibrar ligereza, resistencia y ergonomía, desarrollar materiales, acabados y colores, además de iterar y validar para producir a mayor escala. “Nos permite crear sinergias con otras empresas del sector, acelerar la curva de aprendizaje y fomentar la innovación mediante el intercambio de conocimientos. En un mercado tan competitivo, el acceso a sus recursos y colaboración puede determinar la diferencia entre una idea con potencial y un negocio viable”, completa Villalba.

La alianza de artesanía e industria cabe en un bolso
Monturas de gafas. O lo que se tercie en un abanico de productos impresos en 3D cada vez más amplio y original. También complementos: “Diseñamos y producimos bolsos solo con biomateriales y productos 100% reciclados como alternativa vegana al cuero animal”, explica la empresaria multitarea Maider Mendaza, fundadora, directora creativa y diseñadora de Maison Admire (Admire, anagrama de su nombre, y Maison como evocación de sus veranos en la costa vascofrancesa). “Hibridamos la producción artesanal en nuevos materiales con la impresión 3D de nuestras asas, entendemos la moda desde una perspectiva sostenible, responsable y ética. Reivindicamos la artesanía y a la vez una nueva forma de entender la industria, con una voz propia que expresa aquello en lo que creemos. Y todo desde España para potenciar la economía local”.
Avanza con el lanzamiento de la primera colección, una plataforma de e-commerce que explica la historia detrás de cada modelo, presencia creciente en tiendas multimarca y la base de 3D Incubator para alcanzar algunos de sus objetivos. “Nos permite acceder de forma rápida a mucha tecnología a veces inalcanzable en los primeros momentos, experimentar, probar y prototipar, contar con infraestructuras y asesoramiento”. En concreto, el despliegue técnico en impresión 3D ayuda a desarrollar los prototipos de asas. “Es un ámbito donde las nuevas tecnologías están a la orden del día, el soporte de equipos especializados resulta imprescindible para tener una capacidad realista de elegir la opción más ajustada a nuestras necesidades, tanto en materiales como en modelos de impresión industrial”.

Los ojos de una ‘deeptech’ que mira a largo plazo
La tecnología 3D va mucho más allá de imprimir productos. Avanza por ejemplo en la visión artificial aplicada a todo tipo de entornos logísticos e industriales. A esto se dedica Nabla Visión. Sus soluciones afilan el sentido de la vista de cámaras, sensores o láseres LIDAR para operaciones con drones (seguridad, vigilancia, aterrizaje autónomo en transporte o cartografía y prospectiva de terrenos), automatización y manejo de grandes grúas o la colaboración humano/robot en la manufactura, entre otras.
Jordi Romero (CEO, físico, doctor en nanotecnología, experto en industria 4.0 y cónyuge de Cristina García, la otra cofundadora) pone un ejemplo de tecnología punta diseñada para optimizar otras tecnologías punta: el sistema Instant Twin que replica en tres dimensiones y tiempo real instalaciones como factorías o almacenes. No hablamos pues de una compañía modesta en conocimiento, sino de una deeptech (tecnología profunda) “que requiere mucho más tiempo de maduración y testeo de soluciones en colaboración con el tejido industrial”, apunta Romero. En este sentido, “Logistics 4.0 Incubator nos ofrece la posibilidad de generar en nuestros primeros clientes una confianza imprescindible, porque suelen ser críticos con la evolución y supervivencia de las startups. Esto supone una gran ventaja”. El CEO valora las sinergias con otras compañeras de incubación, la diversidad de la formación técnica y “unos contactos de negocio de primer nivel”. Esta experiencia les permite impulsar el negocio “a partir del networking y las conexiones con el ecosistema, además de consolidar nuestra presencia en la Zona Franca de Barcelona a medio plazo”.
Logistics 4.0 Incubator nos ofrece la posibilidad de generar en nuestros primeros clientes una confianza imprescindible, porque suelen ser críticos con la evolución y supervivencia de las ‘startups’. Esto supone una gran ventajaJordi Romero, CEO de Nabla Visión, físico, doctor en nanotecnología, experto en industria 4.0 y cónyuge de Cristina García, la otra cofundadora
Todo comienza con el proveedor de la impresora industrial
Sicnova completa el círculo de las especialidades 3D. No es solo una compañía experta en aplicaciones de impresión y digitalización, además promueve el sector desde el equipamiento imprescindible: distribuye grandes marcas de impresoras industriales que ramifican la tecnología 3D en el árbol de la industria 4.0. Y más allá, en el sector educativo o la medicina, por ejemplo. Para cada necesidad diversa, una impresión específica, sería la consigna. De ahí que su presencia en Logistics 4.0 Incubator estimule la colaboración con otras startups incubadas y sus clientes potenciales.
Para Nelson Urbina Landáez, asesor en Tecnologías de Fabricación Avanzada en Sicnova, supone una ventaja competitiva en forma de conocimientos y recursos como “asesoramiento personalizado, servicios de innovación, apoyo a la comercialización e internacionalización de proyectos. Esto les permite acelerar su desarrollo, reducir riesgos y aumentar sus posibilidades de éxito. Además, el networking fomenta oportunidades de negocio entre empresas emergentes”.
En concreto, Sicnova se beneficia de las infraestructuras de fabricación aditiva (una de las técnicas básicas de impresión), eventos divulgativos y talleres. “Hemos consolidado nuestra posición en el ecosistema industrial de Barcelona, clave para los planes de crecimiento a medio plazo, además de ampliar la cartera de soluciones, fomentar servicios clave de soporte técnico e ingeniería y estrechar alianzas estratégicas en el sector. Logistics 4.0 Incubator se ha convertido en un trampolín de la compañía en Cataluña”.

Para que Alicante no se ahogue cada año
Eloy Martínez, más de 25 años de cargos directivos en multinacionales, máster en dirección de empresas por La Salle-URL y el Manhattan College de Nueva York. Concentra toda esa experiencia como CEO y fundador de ActionTracker, especialista en monitorización reforzada. Para optimizar la gestión y, sobre todo, salvar vidas en escenarios laborales peligrosos como industrias pesadas, terminales logísticas, buques cargueros, minas o en la construcción. También allí donde se la juegan policías, bomberos, sanitarios o protección civil, incluso voluntarios.
Su producto estrella es una plataforma de monitorización geolocalizada, de tipo software como servicio (SaS), para controlar el estado de humanos y equipos. Integra todos los dispositivos que lo permiten, desde un wearable a una app móvil o sensores IoT, más sistemas de comunicación (mails, mensajería, servidores, videowall…). Se maneja con cualquier uso horario y geografía. Y mediante big data genera cuadros de mando integrales de actividades, ubicación, tiempos de permanencia, etc. Todo para saber qué ocurre en tiempo real con una máquina o un empleado para evitar accidentes o reaccionar cuanto antes.
Por ejemplo, se calcula que cada año mueren ahogadas en el mar unas 360.000 personas, tantas como la población de Alicante ciudad. En el caso de grandes infraestructuras marítimas o buques, a menudo no se sabe cuándo ni cómo cayó al agua un trabajador. El potencial de la solución explica su apoyo desde instituciones europeas a programas universitarios, aceleradoras e incubadoras, entre ellas Logistics 4.0 Incubator. “Nos aporta tejido industrial y social en cuanto a contactos clave y proyección en entornos profesionales. Por ejemplo, el SIL [Salón Internacional de la Logística, en Barcelona], donde este año volveremos a participar”, explica el CEO. “Las startups pueden relacionarse con empresas similares para compartir información de proveedores solventes, probados, y presentar sus productos a clientes e inversores. Son una forma de estar donde hay que estar”.
(*) Fuentes: Fundación Innovación Bankinter, BIGBAN Research 2024, Ecosistema Startup.