Medio siglo de iniciativas en busca de una sociedad más humana

Un futuro en el que la igualdad de oportunidades estuviese más cerca, y en el que se derribaran todos los obstáculos posibles para los sectores más vulnerables de la sociedad. Con ese propósito nació en 1975 Fundación MAPFRE, medio siglo de vida en el que la entidad creada por la aseguradora ha destinado más de 1.140 millones de euros a planes sociales, educativos, científicos y culturales, en proyectos que se desarrollan en una treintena de países. Un enfoque integral que, como explica Elvira Vega, directora general de Fundación MAPFRE, es parte de su ADN y una muestra de su compromiso global con la sociedad. “Para nosotros es fundamental atender de manera integral las necesidades de las personas, especialmente los colectivos más vulnerables o en riesgo de exclusión. Promovemos la educación, la salud, el acceso a la cultura, la seguridad vial y la prevención”, explica. A lo largo de este medio siglo de vida, los distintos proyectos de Fundación MAPFRE han llegado a 179 millones de personas, repartidos en cinco áreas de actividad: Acción Social, Cultura, Prevención y Seguridad Vial, Promoción de la Salud y Seguro y Previsión Social. “Cada una de estas áreas tiene un propósito distinto, pero comparten el objetivo común de mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir al progreso de la sociedad en todos aquellos lugares en los que estamos presentes”, detalla Vega. “Trabajamos de manera transversal para acompañar a las personas en distintas fases de su vida, proporcionando un futuro con más oportunidades, equidad y esperanza”.

En 2020, la fundación creó el Centro de Investigación Ageingnomics, que divulga una mirada positiva del cambio demográfico y las oportunidades económicas y sociales que supone la longevidad de la sociedad

Doce impactos

Dentro de estos proyectos, Fundación MAPFRE ha querido resumir esta trayectoria en 12 grandes hitos, que van desde sus proyectos educativos a las actuaciones humanitarias en catástrofes naturales y situaciones de emergencia, sus actividades para promover la inclusión laboral o la realización de exposiciones de artes plásticas y fotografía para acercar la cultura a la sociedad. Desde su creación, la fundación ha destinado más de 315 millones de euros a ayudas sociales, 285 millones a arte y cultura, 170 a investigación científica o 165 a programas educativos. “Actuamos en muchos países, por lo que nuestros recursos van dirigidos a proyectos y actividades que aporten el mayor impacto posible en los colectivos a los que van dirigidos, y siempre donde son más necesarios, siendo eficaces y eficientes”, explica la directora general de la fundación. “Para ello es necesario conocer muy bien las realidades locales y establecer una estrategia a medio y largo plazo, aunque también realizamos operaciones puntuales cuando es necesario, especialmente en momentos de emergencia donde se requiere ayuda inmediata”.

Trabajar, ayudar y acompañar

Uno de estos últimos se produjo con la dana, que tuvo efectos devastadores en el levante de España el pasado mes de octubre. “En ese momento, Fundación MAPFRE destinó más de un millón de euros y movilizó a cientos de voluntarios para llegar allí donde era necesario y donde aún siguen trabajando, ayudando y acompañando a las personas más afectadas”, apunta Vega. Una labor, la de los voluntarios, que la directora general pone en valor: “Las casi 10.000 personas que despliegan su solidaridad en todo el mundo apoyando los programas y actividades de la fundación suponen un hito del que nos sentimos especialmente orgullosos”, señala Elvira Vega.

“Uno de los desafíos actuales es potenciar la igualdad de oportunidades en las zonas rurales”

Elvira Vega, directora general de Fundación MAPFRE

Como corresponde a una institución que ya ha llegado al medio siglo de vida, Fundación MAPFRE ha ido adaptando sus proyectos a las necesidades de la sociedad en cada momento. Así, ahora también se prepara para los grandes retos que la sociedad vivirá en las próximas décadas. “Uno de los problemas que más nos preocupa es el envejecimiento de la población. Por ello, en 2020 creamos el Centro de Investigación Ageingnomics, que divulga una mirada positiva del cambio demográfico y las oportunidades económicas y sociales que supone la longevidad de la sociedad”, indica Vega.

“Otro desafío que se nos presenta es potenciar la igualdad de oportunidades en las zonas rurales, especialmente en la España menos poblada. En este sentido, hemos sido designados como Organismo Intermedio del Fondo Social Europeo Plus para gestionar 30 millones de euros en subvenciones, canalizadas a través de las Ayudas +Rural, lo que supone un gran reto en términos de selección, gestión y seguimiento de las operaciones”, añade la directora general.

El lenguaje de la innovación

La fundación también se involucra en los desafíos relacionados con la tecnología aplicada a la vida de los ciudadanos. “La innovación forma parte de nuestros procesos, con propuestas encaminadas a mejorar la calidad de vida. Por ejemplo, la inteligencia artificial, entendiéndola como una herramienta y no como un fin, y cuidando aspectos legales y éticos, puede convertirse en una gran aliada”, indica. “Recientemente hemos puesto en marcha una aplicación móvil, DiAna, que permite a personas con discapacidad intelectual organizar su día a día de manera autónoma y les otorga mayor independencia en sus tareas cotidianas”, concluye Elvira Vega.