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Cristina Sánchez: “Necesitamos el poder, el talento y la experiencia de profesionales de todas las edades”

A veces, la demanda corre más que la oferta de bienes tan escasos como el talento. Más escasos aún en sectores emergentes como ESG. Si la formación externa no cubre toda esa demanda urgente, presionada por una regulación que no espera, también habrá que formar ese talento en casa. Para la directora ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial de la ONU, la plantilla actual, al completo, es la gran cantera

Nueve de cada diez consejeros delegados en el mundo no pueden equivocarse. Coincide ese 90% en que la sostenibilidad no es solo un requisito legal, una demanda social, sino un excelente negocio. Pero la fuente de este dato, el Pacto Mundial, la mayor iniciativa empresarial del planeta por el desarrollo sostenible, también señala el coste: que las empresas se conciencien, espabilen y se alíen para formar los profesionales sin los cuales la oportunidad se quedará solo en oportunidad, como explica Cristina Sánchez, al frente de la red de empresas españolas, además de copresidenta de la red global.

¿España es rica en talento verde?

Aún no. Sigue siendo un desafío considerable aquí y en el resto de la Unión Europea. Según un estudio reciente, solo el 4% de las personas ocupadas en España tiene competencias verdes, cuando la media europea alcanza el 7%. Esta diferencia refleja una brecha de la capacitación en áreas clave como la energía renovable, la eficiencia energética y la gestión de residuos. La solución pasa por reforzar la formación, tanto desde edades más tempranas como en niveles universitarios, así como en la recualificación del personal existente.

¿Ese dato refleja el valor del talento como inversión?

Integrar los principios y profesionales ESG en todos los niveles de la organización contribuye a optimizar operaciones, reducir costes y mejorar la eficiencia, a ser más competitivos en un mercado cada vez más exigente. Estos profesionales no solo se encargan de cumplir los requisitos regulatorios; también pueden anticiparse a las futuras normativas y liderar cambios estratégicos en sus compañías. En este sentido, según el Foro Económico Mundial, el 66% de los empleadores en España consideran las brechas de habilidades como barreras clave para su transformación, por encima del 63% de promedio global. A las empresas les consta, necesitan ese talento para impulsar de manera efectiva su agenda ambiental y social. Nuestro estudio sobre la implementación de la Agenda 2030 en España refleja que el 76% de las compañías ya contaba en 2024 con profesionales o departamentos especializados en sostenibilidad, frente al 57% de dos años antes.

“España aún enfrenta un desafío considerable en talento verde, con solo un 4% de su fuerza laboral capacitada en áreas clave de sostenibilidad, muy por debajo de la media europea. Hay una urgente necesidad de reforzar la formación y la recualificación para acelerar la transición hacia un futuro más sostenible”

¿Las empresas compiten en especialistas tanto como en productos y servicios?

Compiten en talento para ser más competitivas precisamente, más innovadoras, para aprovechar nuevas oportunidades especialmente en mercados como la consultoría estratégica o el sector energético. Por eso necesitan convertirse en empresas atractivas para ese talento específico, que tiende a trabajar en organizaciones con propósito sostenible. Según nuestros datos, las medidas más utilizadas por las empresas españolas de todos los tamaños son las de conciliación y flexibilidad, en el 73% de los casos, o de teletrabajo, en el 60%. Pero no todas buscan solo fuera; la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) apunta que el 78% de las compañías invierte en programas de actualización y capacitación para desarrollar habilidades ESG en sus plantillas. Las empresas que apuestan por formar y potenciar a sus equipos desde dentro tienen una ventaja significativa en la adquisición de talento ESG.

¿Cómo se puede mejorar la agilidad en la formación de los proveedores?

Las empresas nos comentan que necesitarán más agilidad y rapidez en la formación externa para cubrir sus necesidades reales. De ahí que tiendan a un papel más activo en la formación de su personal. Creemos que la tendencia a la formación interna continuará si lo demandan el mercado y el interés de la alta dirección. Por ejemplo: entre 2022 y 2024 hemos visto un aumento significativo en las acciones formativas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la sostenibilidad dentro de las empresas españolas, especialmente dirigidas a directivos (el 45%) y mandos intermedios (41%). Pero esta formación no ha crecido tanto en el resto de empleados, particularmente en los no directamente vinculados al área de sostenibilidad. Además, la formación dirigida a proveedores sigue siendo muy limitada, pues apenas alcanza al 10% de las empresas. Por eso en el Pacto Mundial tenemos un programa específico para reforzar la oferta formativa en la sostenibilidad de la cadena de suministro. Esta capacitación es fundamental.

Será entonces uno de los perfiles más buscados. ¿Con cuáles compite?

El especialista en cadena de suministro sostenible se consolida como un especialista crucial, sobre todo con la Directiva de Diligencia Debida Corporativa en Sostenibilidad (CSDDD). Este profesional trabaja directamente con los proveedores, algo esencial para garantizar la sostenibilidad global de la empresa. Pero también son muy demandados los analistas ESG, claves para alinearse con las regulaciones, acceder a mercados de inversión sostenible y garantizar la transparencia en sus reportes. Otro perfil emergente y muy valorado es el director financiero especializado en sostenibilidad. Aunque cada vez más organizaciones lo requieren, sigue siendo un perfil escaso. Este puesto ha evolucionado hacia el Chief Financial Sustainability Officer (CFSO), cuyo objetivo es alinear los objetivos financieros con los de sostenibilidad y fomentar la colaboración entre las áreas.

Si hay que aprovechar todo el potencial disponible en casa, ¿debe ser intergeneracional?

Al contrario de lo que podría pensarse, este sector no es exclusivo de los jóvenes; ofrece a profesionales de todas las edades la oportunidad de reorientar sus carreras, principalmente a través de la formación continua y el aprendizaje en habilidades tecnológicas y de sostenibilidad. El 80% de las habilidades necesarias para la fuerza laboral verde ya existen en los profesionales actuales, dice un estudio de referencia. En lugar de una recapacitación completa, la mayoría necesitará una actualización de sus habilidades para adaptarse, sin tener que empezar de cero. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el 85% de los empleadores planea centrarse en actualizar las habilidades de su plantilla existente. La verdadera clave de la transición hacia la sostenibilidad está en aprovechar el poder, el talento y la experiencia de los profesionales de todas las generaciones.

¿Qué recomienda a las empresas para lograrlo?

Creemos que deben participar en coaliciones y asociaciones regionales y sectoriales, con competidores de la empresa en particular, pero también con interlocutores sociales, para compartir conocimientos y aportar lecciones aprendidas. Por ejemplo, en materia de formación, readaptación de las capacidades y concienciación climática entre trabajadores y proveedores. La mejora de la colaboración contribuirá a evitar perturbaciones en términos de personal en todos los sectores.

Ese planteamiento encaja con la S de Social y la G de Gobernanza…

Nos preocupa mucho aplicar los conceptos de la transición justa. Aunque muy orientada al empleo verde, identifica riesgos en las industrias emergentes como las reestructuraciones y las pérdidas de empleos. De hecho, tenemos una publicación sobre la transición justa adaptada al cambio climático y vemos cómo empresas de la energía o los materiales ya aplican programas de reciclaje laboral en regiones intensivas en carbono o planes de jubilación anticipada. Al actualizar estas capacidades y apostar por una transición justa, podemos dar forma a una fuerza laboral adaptada a los nuevos requerimientos, garantizando que nadie quede atrás.

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