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La fusión de BBVA y Sabadell se quedaría fuera del club de bancos con un billón en activos

La venta de TSB y el reparto del dividendo extraordinario del banco catalán entre los accionistas resta 48.000 millones (un 4,5%) a los activos conjuntos

Sede del BBVA en Madrid, en una imagen de archivo.
Ricardo Sobrino

La opa del BBVA sobre el Sabadell se descuelga del selecto club de bancos europeos con más de un billón en activos. Según el folleto registrado por BBVA en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la venta de la filial británica TSB por parte de Sabadell y el reparto de un dividendo extraordinario de 2.500 millones con los ingresos obtenidos reducirían el balance conjunto de las dos entidades desde 1,027 billones de euros hasta 981.019 millones a junio de 2025.

El ajuste es significativo. Los activos totales combinados del nuevo grupo, que antes superaban holgadamente la cota del billón, se reducen en más de 48.000 millones a cierre de 2024 y en 46.000 millones a junio de 2025, según los cálculos del propio BBVA. En términos relativos, supone un 4,5% menos. El resultado es un balance conjunto de 957.814 millones a cierre de 2024 y de 981.019 millones a mitad de 2025, quedándose fuera de la categoría de megabancos europeos.

Para ponerlo en contexto, según los datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) a cierre de 2024, solo siete bancos de la zona euro superan el billón en activos. Encabeza la lista BNP Paribas (2,432 billones), seguido de BPCE (2,186 billones). Santander se cuela en el podio con 1,82 billones. Por debajo aparecen Société Générale (1,407 billones), Deutsche Bank (1,389 billones) e ING (1,02 billones).

Con 981.019 millones, el futuro BBVA-Sabadell quedaría fuera de esta élite, aunque seguiría siendo el segundo grupo bancario español y un competidor relevante en Europa. Superaría, eso sí, a los italianos UniCredit (783.000 millones) e Intesa Sanpaolo (759.000 millones). También hay que tener en cuenta que se trata de una foto fija con las cifras a junio de 2025, pero los balances bancarios van oscilando a lo largo del tiempo, por lo que más adelante podría aumentar el volumen de activos.

Más allá del valor simbólico de no alcanzar el club del billón, BBVA sostiene que la operación mantiene su justificación estratégica. En el folleto afirma que la venta de TSB y el dividendo extraordinario “no afectan sustancialmente a la justificación de la oferta” y que la integración de Sabadell en BBVA “seguirá creando valor para los accionistas de ambas entidades”.

En términos de resultados, el impacto de la venta de TSB y el reparto del dividendo extraordinario es más limitado. El beneficio conjunto se reduce 171 millones a junio de 2025, hasta los 6.319 millones. Se trata de una caída marginal de un 2%. El ROTE (rentabilidad sobre fondos propios tangibles) también se ve afectado, aunque de forma moderada, pasando del 20,7% al 20,1% a diciembre. Se trata de un deterioro de 60 puntos básicos, pero que seguiría situando a BBVA-Sabadell entre los bancos más rentables de Europa.

El único efecto positivo de la venta de TSB y del dividendo extraordinario está en la solvencia. El ratio de CET1 fully loaded mejora en 60 puntos básicos, hasta el 13,6% a junio de 2025, reforzando la posición del banco frente a los requerimientos regulatorios y ofreciendo un colchón de seguridad adicional ante posibles turbulencias del mercado. El objetivo de BBVA es situar este indicador en el 12% y repartir el exceso de capital entre sus accionistas, por lo que quedaría en una posición holgada de capital para cubrir deterioros.

El folleto, no obstante, matiza que el nivel de CET1 depende del grado de aceptación de la opa. Con el 100% de los accionistas aceptando la oferta, el capital se situaría en el 13,6% (frente al 13,34% actual). Con un 50,01%, bajaría al 13,22%. Y en un escenario mínimo del 30%, el impacto sería incluso positivo, con un CET1 entre el 13,5% y el 13,6%, según las estimaciones del BBVA. En cualquier caso, siempre por encima del umbral del 12% que se ha fijado como referencia.

La venta de TSB y el dividendo extraordinario fueron aprobados por la junta del Sabadell en agosto como parte de su estrategia defensiva frente a la opa hostil del BBVA. El mercado lo interpretó como una señal de fortaleza que, según los analistas, puede restar incentivos a los accionistas para aceptar la oferta. También se percibe como una presión añadida para que el BBVA introduzca una mejora en sus condiciones, una medida que tanto el presidente de la entidad, Carlos Torres, como el consejero delegado, Onur Genç vienen descartando reiteradamente.

Desde que el BBVA lanzó su propuesta, el consejo de administración del Sabadell se ha opuesto frontalmente y ha diseñado una estrategia de defensa basada en disparar el negocio y los resultados para elevar fuertemente los dividendos a repartir entre los accionistas. Una forma de lanzar un guiño a los inversores de la entidad catalana para que decidan no aceptar la oferta. En total, el banco tiene planeado distribuir 6.300 millones de euros entre sus accionistas durante el período 2025-2027. Este plan se basa en repartir el 60% de las ganancias, el capital que exceda del 13% y el citado dividendo extraordinario por la desinversión de TSB.

En realidad, ambas entidades mantienen un pulso a base de intercambios de buenos resultados, cifras económicas y aumentos del dividendo. El BBVA viene de batir su récord de beneficios anuales y de cerrar en la primera mitad de 2025 el mejor primer semestre de su historia. Igualmente, ha adelantado parte de las cifras de su próximo plan estratégico hasta 2028, que incluyen un beneficio acumulado de 48.000 millones de euros, 36.000 millones de capital para retribuir al accionista y una rentabilidad media del 22%. Una muestra de poderío en la carrera por ganarse la confianza de los inversores.

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Sobre la firma

Ricardo Sobrino
Graduado en filología italiana y en periodismo. Redactor de la sección Empresas especializado en información bancaria y finanzas. Canterano de CincoDías, se incorporó al periódico en verano de 2018.
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