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Las calles de Cádiz vuelven a arder con la huelga del metal: “Nos han obligado”

Los trabajadores de la industria paran por la falta de acuerdo con la patronal para renovar el convenio, después de los graves disturbios de 2021

Manifestación del sector del metal de Cádiz, este miércoles.Foto: Roman Rios (EFE) | Vídeo: EPV
Jesús A. Cañas

La ciudad de Cádiz se ha vuelto a despertar la mañana de este miércoles con olor a plástico quemado, ruido de escaramuzas en las calles y avenidas cortadas al tráfico. Hacía tres años y medio que no ocurría y el origen es el mismo que aquel noviembre de 2021: una huelga del metal. Los trabajadores 29.000 trabajadores de la industria, aglutinados en unas 5.600 empresas están llamados a un paro que se prolongará hasta este jueves y que tiene visos de convertirse en indefinido a partir del próximo lunes 23 de junio, si antes no se alcanza un acuerdo con la patronal.

“Es un día que nos han obligado”, ha explicado a primera hora Antonio Montoro, secretario general de UGT FICA Cádiz. Esa primera valoración, al alba, venía de una noche en la que ha comenzado la huelga sin incidentes en esos turnos. Pero nada más amanecer la situación se ha complicado sobremanera en el entorno de la bahía de Cádiz con cortes de carreteras y puentes y escaramuzas en las calles que han desembocado en cargas policiales. La Policía Nacional en Cádiz ha confirmado que se han producido cargas en la barriada de Loreto y en la avenida principal de la ciudad. Además, ha habido varias identificaciones de huelguistas y se ha informado de seis detenciones, una de ellas, de un menor de edad. Los disturbios se han saldado también con un hombre de 79 años herido en la cabeza.

Aunque el paro estaba convocado para el sector en toda la provincia, el seguimiento y la presencia en las calles ha sido desigual. Montoro ha explicado que el seguimiento de las grandes empresas del sector, como Navantia, ha sido total y las factorías “han parado”. En el Campo de Gibraltar se han registrado retenciones a primera hora de la mañana por el corte de las carreteras que llevan a la refinería de Moeve, pero no se han producido altercados. Distinto panorama se está viviendo en la bahía de Cádiz, donde los manifestantes han bloqueado a primera hora los dos puentes de acceso a la capital, hasta que se han reabierto poco después. También se han registrado incidencias en la vía del tren en ese momento que ha paralizado durante unos minutos la circulación.

La peor parte se la ha llevado la capital y la barriada obrera de San Pedro, en Puerto Real. En Cádiz, los manifestantes han bloqueado las dos principales avenidas que surcan el istmo que lleva al casco antiguo con marchas y quemas de contenedores. Es en la avenida Ana de Villa donde ahora se concentra el principal foco de altercados. Allí, la policía ha confirmado que se han producido cargas con botes de humo y pelotas de goma durante la mañana, en una tensión que se ha trasladado posteriormente a la localidad de San Fernando.

Minutos antes han comenzado las escaramuzas entre huelguistas y policías en la barriada de Loreto, donde los comerciantes han optado por cerrar sus negocios. Ha sido a partir de que los agentes hayan disuelto una manifestación frente a la sede de la patronal del metal, la Femca —en la plaza de la Aviación—, después de que algunos de los congregados comenzaran a lanzar huevos y objetos al edificio. Además, en los paros improvisados en la puerta de Navantia Cádiz de la mañana del martes, parte de los congregados profirieron amenazas y actitudes hostiles contra periodistas y fotógrafos, según ha denunciado la Asociación de la Prensa de Cádiz y la Asociación de Fotoperiodistas de Cádiz. La mañana de este miércoles un fotoperiodista freelance ha denunciado también el ataque de un encapuchado que le ha destrozado parte del equipo.

Los manifestantes han llegado con los ánimos caldeados al primer día de paro, después de que las últimas negociaciones con la mediación del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (SERCLA) terminase sin acuerdo en la jornada del martes. Los sindicatos mayoritarios convocantes (UGT y CCOO) denunciaron entonces que la patronal se había comportado de forma “esperpéntica”, según denunció Montoro, después de que la última propuesta de las empresas fuese “peor que la anterior”. Tras los paros de hoy, Montoro ha mostrado su deseo de que la patronal “tome nota” y les llame “de forma urgente”. Pero la Femca, que integra a las empresas, ha denunciado este miércoles las “falsedades” vertidas que no se corresponden “con la realidad de la negociación”.

El origen del conflicto laboral hoy cristalizado en las calles se centra en la falta de acuerdo para la renovación del convenio laboral del sector. Cuatro puntos empañan por ahora el acuerdo: la subida salarial conforme al IPC, la regulación de los fijos discontinuos para estabilizar las plantillas, mejorar el artículo sobre las bajas temporales y la desaparición de lo que los sindicatos denominan “doble escala salarial”, debido a la existencia de un plus de toxicidad que ya no cobran los que comenzaron a trabajar a partir de 2014. Ambas partes se acusan de haber llevado propuestas en estos puntos que la otra no acepta. Aunque la Coordinadora de Trabajadores del Metal, una de las más combativas del sector, no figura como convocante de estos paros, durante la jornada del martes emitió un comunicado en el que mostraba su apoyo a las movilizaciones y denunciaba el incumplimiento del actual convenio en puntos claves como trabajar los domingos, impagos o la permisividad de convenios dentro de las factorías distintos al del metal.

Una manifestante lanza una botella durante las protestas del sector del metal, este miércoles en Cádiz.

Estas manifestaciones recuerdan a los graves disturbios que se vivieron en noviembre de 2021 durante los nueve días de huelga que hubo en aquella ocasión. Entonces los paros fueron de menos a más en incidentes, conforme pasaban los días. No es la única diferencia, ya que en 2021 la carga de trabajo de las factorías era mucho menor que ahora, cuando los principales centros de trabajo tienen encargos que les garantizan actividad para los próximos meses. De hecho, esos compromisos y el peligro de que no se puedan cumplir los plazos de entrega hicieron confiar en un primer momento en que el sector iba a esquivar los paros con un acuerdo que, por ahora, no se ha producido.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.
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