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Los hospitales españoles mantienen los servicios básicos gracias a los equipos electrógenos

Comunidades como la de Madrid, Cataluña, País Vasco o Andalucía han mantenido la actividad hospitalaria sin cortes significativos

Urgencias hospitales
El País

Los hospitales españoles se han salvado dignamente del corte de luz generalizado gracias a que cuentan con grupos electrógenos de respaldo para cortes de luz, que pueden mantener durante horas en funcionamiento los equipos esenciales, como respiradores, monitores cardíacos y otros dispositivos médicos vitales. Aunque hay instalaciones que pueden quedarse sin luz en algunas zonas, por lo general no ha afectado a la asistencia crítica. En la Comunidad de Madrid, Cataluña, Andalucía o el País Vasco todo ha seguido dentro de la normalidad. Un portavoz del Gregorio Marañón de Madrid ha explicado que, en su caso, hay activado un comité de emergencia para tomar decisiones en función de lo que dure la afectación, pero insiste en que la parte asistencial está cubierta. Lo mismo ha pasado en Barcelona, donde el Hospital del Mar ha seguido su marcha normal gracias a estos equipos. Las intervenciones quirúrgicas que no habían empezado, eso sí, se han suspendido por el momento, excepto las urgentes. Mientras, en los centros de salud han tenido que modificar su actividad para trabajar sin electricidad.

Desde el hospital Doce de Octubre de Madrid han informado poco tiempo después de que la ciudad se quedara sin luz de que se han suspendido todas las actividades ordinarias. Es decir, tanto las consultas como las cirugías previstas para la tarde se han cancelado. El centro ha funcionado durante horas con grupos electrógenos y fuentes del hospital aseguran que el centro está funcionando con normalidad, con aire acondicionado y ascensores en funcionamiento, lo que ha permitido trabajar con cierta tranquilidad con los pacientes y familiares. Dos administrativas han explicado a EL PAÍS que la gente llegaba tranquila y entendía la situación. “Las cirugías urgentes y extraordinarias se llevarán a cabo”, tranquilizaban a todo aquel que se acercara al mostrador.

El ambiente a la entrada del recinto hospitalario parecía sobre las 14.45 horas el de cualquier otro día, si no fuera porque había decenas de personas tratando de contactar con sus familias, ver cómo estaban sus hijos o preguntando cómo volverán a sus casas si no había metro y los autobuses estaban llenos. Un hombre que acompañaba a su padre, que está ingresado por un problema renal, trataba de buscar una cafetería para comer, pues la del hospital había cerrado. “El caos está fuera. Dentro ni nos hemos enterado”, añadía Carmen, que acompañaba a su padre a buscar el coche tras darle el alta.

En el Hospital de la Princesa de Madrid se han activado los generadores para operaciones en curso, pero gran parte de la planta de abajo estaba a oscuras. La sala de espera se ha vaciado parcialmente. Mientas tanto, miles de personas ocupaban las aceras de Goya, Diego de León y Conde de Peñalver ante la paralización del Metro. Algunos autobuses han seguido funcionando, pero ningún semáforo. En la calle reinaba el caos, mientras la actividad hospitalaria mantenía más o menos la normalidad.

Aunque no todo han sido buenas noticias. Los sanitarios se esforzaban en dar prioridad al traslado de pacientes crónicos que están en sus casas conectados a máquinas de oxígeno para respirar. Algunos de ellos no pueden permanecer más de una hora sin estar conectados a un suministro artificial de oxígeno. El Samur de Madrid ha recibido varios avisos de urgencia de este tipo para el traslado urgente a hospitales.

De hecho, las ambulancias no han parado de atender a pacientes de riesgo que necesitaban llegar cuanto antes al hospital. Los prioritarios han sido aquellos que necesitan un respirador artificial que funciona conectado a la corriente eléctrica. Ha sido en caso de una mujer en Usera (Madrid), cuya hija pedía a las 14.00 transporte urgente para llegar a un hospital en menos de una hora, o el de otra en el paseo de La Habana, que también necesitaba una forma de contactarse a una red de forma urgente. También ha sido un día de sustos para las embarazadas. Una mujer se ha puesto de parto con contracciones cada dos minutos en la comisaría de Aluche y ha requerido transporte urgente por un parto de riesgo. Otro convoy policial ha escoltado a otra madre a punto de dar a luz hasta el hospital infanta Leonor sobre las 17.30.

En el País Vasco, la situación se ha repetido. Los hospitales de la red pública sí han sufrido un corte de suministro eléctrico, pero solo durante escasos minutos, hasta que han comenzado a funcionar los equipos electrógenos de emergencia tras el apagón masivo. En Osakidetza se ha podido mantener la actividad quirúrgica y se han podido llevar a cabo las operaciones en curso, mientras que la atención no urgente también se ha suspendido mientras ha durado el corte eléctrico, según ha confirmado el Departamento vasco de Salud.

Aun así, era imposible con al principio no reinara el desconcierto cuando los pacientes entraban por las puertas hospitalarias. Eso ha pasado en el Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona), uno de los mayores de Cataluña, con una población atendida de 400.000 personas del Área Metropolitana de Barcelona. “Llego muy nerviosa con todo lo que está pasando, porque hace tres meses que espero la consulta. Espero que me puedan atender”, ha explicado en el vestíbulo Carly García, de 48 años, sobre las 13.00 horas. El mensaje lanzado por los responsables del centro, sin embargo, era de tranquilidad. “Están funcionando bien los equipos electrógenos y no ha habido ningún incidente grave”, han precisado una hora después. Equipos como los accesos y pago del parking también han funcionado con normalidad.

El hospital Vall d’Hebron de Barcelona, el centro sanitario más grande de Cataluña, ha mandado también un mensaje de calma y ha puesto en marcha también sus grupos electrógenos de emergencia que, según explicaba un portavoz, les daba 40 horas de autonomía para mantener la actividad. “De momento, la situación está controlada”, explicaba a mediodía. La prioridad es, evidentemente, la actividad urgente. Por eso se han anulado todos los procesos no urgentes y las consultas externas.

En Andalucía, la situación es muy parecida. Los hospitales han funcionado con normalidad gracias a los grupos electrógenos de alta capacidad con los que cuentan, aunque los han tenido que repostar por la tarde. Los centros hospitalarios han dado prioridad a la asistencia de urgencia, servicios críticos como UCI, paritorios y neonato. Fuentes hospitalarias de la provincia de Sevilla indicaban que, en tanto que no se tenga confirmación de que se retoma con normalidad el suministro eléctrico. “El apagón ha provocado muchísimas incidencias que son ajenas a nuestras responsabilidades. Se han tenido que reorganizar mucha actividad asistencial para intentar sacar adelante el día. Las consultas e intervenciones programadas por la tarde se han visto afectadas y si no se recupera la normalidad antes de las 20 horas, también se alterarán las de mañana [por el martes]”, ha explicado Juanma Moreno, presidente de Andalucía.

Los hospitales gallegos y algunos centros de salud y puntos de atención continuada de Galicia también ha salvado el apagón de luz con generadores, pero en el momento del corte del suministro eléctrico hubo situaciones de pacientes atrapados en ascensores y el personal sanitario no ha podido recurrir, en toda la mañana, a una herramienta básica, el Ianus, el sistema en línea de la historia clínica electrónica, fundamental para poder atender a los pacientes en las consultas. Tampoco se han podido ver radiografías, ni resultados de análisis, ni pedir nuevas pruebas. No se pueden hacer recetas más que en papel, la línea fija telefónica ha fallado y las anotaciones sobre las consultas se están haciendo a mano. Según explica el Sergas, los hospitales cuentan aparte con baterías autónomas en algunos quirófanos y áreas de críticos. En algunos ambulatorios, sin embargo, como el de la calle Cuba, en Vigo, los médicos aseguraban que la falta de acceso a las historias y a las pruebas médicas imposibilitó gran parte de las consultas del día: “Alguna picadura, alguna herida, algún cuadro de fiebre, pero poco más, y recetas en papel”, contaban los sanitarios.

Almeida: “Hay que dejar libres las vías de circulación”

El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, se ha dirigido directamente a la ciudadanía en una entrevista en RNE. “Tenemos 150 incidencias reportadas en ascensores”, ha admitido a mediodía, y ha pedido que se acuda a las comisarias para reportar si hay casos. “Mucho cuidado con abrirlos, por favor”. También ha pedido a los madrileños que “minimicen los desplazamientos” y que en la medida de lo posible “se queden donde están en estos momentos”. “Hay que dejar libres las vías de circulación, los semáforos están apagados en estos momentos, pero lo imprescindible es que los servicios de emergencia puedan circular”, ha pedido. “Hemos cerrado los túneles de la M-30″, ha dicho, a la vez que ha pedido que las llamadas al 112 se hagan “las que sean verdaderamente urgentes”. “Y en caso de que no os atiendan, pueden acudir a las comisarías de policía y a los parques de bomberos para que os puedan atender”.

[Con información de Fernando Peinado, Elena Reina, Pablo Linde, Oriol Guell, Jessica Mouzo, Mikel Ormazabal y Eva Sáiz]

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