Sector del transporte quiere paralizar Paraguay sumándose a la huelga general

La Coordinadora de Gremios de Transporte de Paraguay, que agrupa al 90 % del sector de autobuses, taxis y fletes, manifestó su intención de "paralizar" el país al sumarse hoy a la huelga general convocada por los sindicatos para el 26 de marzo, la primera que afrontará el presidente, Horacio Cartes.
El anuncio fue realizado durante una rueda de prensa en la que ese colectivo, que engloba a unos 30.000 trabajadores, sumó sus reivindicaciones a las de los sindicatos organizadores de la huelga, apoyada también por el partido de izquierda Frente Guasú, del expresidente Fernando Lugo.
"Apoyamos totalmente la huelga de los sindicatos. El objetivo es paralizar el transporte del país", dijo hoy a Efe Bernabé Pelayo, presidente de la Federación de Taxis de Paraguay.
La Coordinadora pide, entre otros puntos, posibilidades de acceso al sistema de seguridad social estatal para los trabajadores del gremio y el establecimiento de una línea de créditos por parte del Gobierno.
Plantean también que se anule la ley de inspección técnica para los vehículos, que consideran es imposible de aplicar en Paraguay.
"Es una ley para los países del primer mundo e inaplicable en Paraguay, donde el estado de las carreteras y de las comunicaciones no se corresponde con esa realidad", añadió Pelayo.
Con el anuncio, la convocatoria de huelga va ganando fuerza en la sociedad, pese al reciente reajuste del salario mínimo mensual del 10 % aprobado por Cartes la semana pasada.
El aumento, que sitúa el salario en 1,82 millones de guaraníes al mes (405 dólares), frente a los anteriores 1,65 millones de guaraníes (368 dólares), fue criticado por los sindicatos, que quieren una subida del 25 %.
Los seis sindicatos que convocan la huelga conforman la denominada Coordinadora Democrática, que también incluye a asociaciones campesinas y estudiantiles.
El programa de huelga plantea al Gobierno la derogación de la ley conocida como Alianza Público Privada, ya que dicen está destinada "a privatizar los servicios públicos y entregar el patrimonio nacional al capital extranjero" y consideran es la punta de lanza de la política "neoliberal" de Cartes.
Sin embargo, el Gobierno la considera fundamental para garantizar la inversión extranjera y fue una de las más destacadas promesas de la campaña electoral de Cartes, un rico empresario que asumió la presidencia en agosto de 2012 bajo las filas del Partido Colorado.
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