Bruselas se quiere quedar dos tercios de la tasa financiera

Bruselas afina su modelo de tasa financiera para vencer las resistencias de los Estados miembros. El comisario de Presupuesto, Janusz Lewandowski, presentó este jueves una propuesta que reserva el grueso de la recaudación (dos tercios) para las arcas europeas a cambio de reducir a la mitad lo que los países aportan a las cuentas comunitarias en función de su PIB. Con este modelo, la Comisión Europea confía en ganar adeptos al nuevo impuesto sobre transacciones financieras —ahora solo nueve países están claramente a favor— y sumar recursos para las labores comunitarias. Lewandowski cree que esta iniciativa recaudará 81.000 millones de euros en 2020, una cifra bastante más optimista que los 57.000 millones divulgados hasta ahora.

El responsable del Presupuesto comunitario argumenta que, de ese modo, los Estados salen ganando porque perciben unos ingresos con los que no contaban antes (un tercio de la recaudación de la tasa financiera) y al mismo tiempo ven disminuir a la mitad el capítulo más importante de su aportación a las cuentas comunitarias. Para España, ese modelo supondría un ahorro de 4.700 millones de euros en 2020 (el año pasado aportó casi 9.000).

Operación neutra

La operación es, en cambio, aparentemente neutra para Bruselas porque lo que gana con esos dos tercios de recaudación del impuesto equivale a lo que les perdona a los Estados en sus contribuciones. La ventaja para las arcas comunitarias es que con el impuesto contarían con una fuente propia de financiación que no depende de los vaivenes de las economías nacionales, ahora en retroceso, y que Bruselas no tiene que negociar anualmente con ningún mandatario.

“Se trata de una fuente de ingresos importante, una de las menos nocivas para la economía real”, explicó Lewandowski en conferencia de prensa. Ya hay 10 Estados que han puesto en marcha un mecanismo similar, incluido el reticente Reino Unido, que recauda de las transacciones un 0,5% de su valor, más de lo que propone Bruselas. La iniciativa de tasa financiera consiste en gravar los movimientos de acciones y bonos con un 0,1% del importe al que ascienden (un 0,01% en caso de derivados financieros). La tasa la cobraría el país donde se registra la transacción, independientemente de la nacionalidad de los agentes que intervengan.