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Análisis:ANÁLISIS | BALONCESTO | NBA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Pau Gasol, en medio del ciclón

Robert Álvarez

El pabellón de entrenamiento de los Lakers, en El Segundo, es un hervidero. Se cruzan las miradas, se intentan adivinar los pensamientos. Nada es lo que parece y todo parece lo que no es. Se trata de la NBA, de su peculiar mercado de fichajes, acelerado por el dichoso lockout, que ha obligado a comprimir las operaciones en las dos semanas que quedan para que dé inicio la competición. En medio del ciclón, Pau Gasol.

El pívot español se ha convertido en la más codiciada moneda de cambio en los planes de los Lakers. Da la sensación de que el objetivo de su director deportivo, Mitch Kupchak, pasa por rejuvenecer la columna vertebral del equipo. Intocable Kobe Bryant, Lamar Odom y Gasol son los cromos más deseados por otras franquicias. Y los Lakers han puesto sus ojos en Chris Paul y Dwight Howard.

El ritmo de las negociaciones está siendo decisivo. Tanto que, finalmente, Odom ha recalado en Dallas Mavericks en vez de hacerlo en Nueva Orleans Hornets como ya se había decidido; tanto que Gasol siguió vistiendo un día más la camiseta de los Lakers, con la que posó en la jornada dedicada a la atención a la prensa y, después, volvió a hablar sobre su extraña situación. El pasado viernes estaba traspasado a Houston, equipo que apunta a penar entre los peores de la Conferencia Oeste. Esa misma operación, que llevaba consigo el fichaje de Chris Paul por los Lakers, enviaba a los Hornets a Odom, Scola, Kevin Martin y Dragic. Pero los propietarios de los otros clubes y el comisionado de la NBA, David Stern, dijeron que nones. Se produjo un segundo intento. Hasta que, todavía no se sabe por qué, los Lakers se echaron atrás, facturaron a Odom a Dallas y habrá que ver ahora por dónde tiran. Gasol queda en una delicada situación. Sabe que su equipo quiso traspasarlo, que es de suponer que sigue barruntando un trueque importante por Howard, que si un día tuvo pie y medio en Houston ahora puede tenerlo en Orlando o váyase a saber dónde. Es la cruda ley de la NBA.

Gasol se muestra, como siempre, profesional y realista. "Todavía hay negociaciones, rumores. En este negocio te pueden traspasar en cualquier momento y lo que está ocurriendo está siendo una dosis de realidad. La NBA es cada vez más negocio y menos deporte", explicó ayer al delegado de Efe en Los Ángeles. "Mi lealtad hacia los Lakers es total. Estoy agradecido y seguiré agradecido por cada día que siga aquí. Siempre daré lo mejor de mí mismo para mejorar cada día. Se puede seguir adelante sin resentimiento. Es algo que se tiene que evitar. Hay que entender que no es nada personal", concluyó en referencia a la posibilidad de que pudiera seguir en el conjunto con el que ha estado en tres finales y ganado dos anillos.

Habrá quien no lo entienda, se podrá sospechar de que la derrota en el playoff de la pasada temporada ante Dallas dejó muy señalado a Gasol, pero, cuanto menos, no suena descabellada la pretensión inicial de los Lakers: sacrificar a dos grandes jugadores, Odom y Gasol, de 32 y 31 años, por dos estrellas como Paul y Howard, que tienen 26 y son dos posibles jugadores franquicia cuando se retire Bryant. El primero en entenderlo es Gasol. También, su hermano Marc, al que Houston acaba de extender una oferta suculenta: 10,3 millones de euros anuales. Memphis puede ahora igualarla o dejarla correr. Así es la NBA.

Pau Gasol, ayer, en sus primeras declaraciones públicas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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