Luis Erik Clavería Soria, científico y hombre de progreso

Luis Erik Clavería Soria, fallecido en junio, nació en Uppsala (Suecia) en 1943. Su padre, el académico de la Lengua Carlos Clavería, era profesor de literatura española en esa ciudad.

Mientras cursaba estudios de medicina en la Universidad Central de Madrid, hoy Universidad Complutense, fue sancionado por participar en las protestas por la expulsión de los profesores Enrique Tierno Galván, José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo. Tras acabar la licenciatura, se formó como neurólogo en Londres. Allí llegó a formar parte de la plantilla del Instituto Nacional para las Enfermedades Neurológicas, situado en Queen Square. Al inaugurarse en 1973 el hospital Primero de Octubre, hoy 12 de Octubre, ganó en él la plaza de jefe de sección del servicio de Neurología.

En esos años, el ahora premio Nobel Geoffrey Hansfield estaba diseñando lo que luego se llamó tomografía axial computerizada (TAC). Erik fue llamado desde el Queen Square para trabajar con el primer prototipo, convirtiéndose en uno de los primeros neurólogos que mostraron la correlación entre las imágenes obtenidas con TAC y las patologías de los pacientes.

Cuando volvió a España, se estableció en la Granja de San Ildefonso (Segovia) tras hacerse cargo de la jefatura de la sección de Neurología del hospital de Segovia, donde dio un altísimo nivel de formación a residentes que acudieron a ella desde toda España. Pese a su exigencia, despertó en todos ellos verdadera veneración. Impulsó además importantes trabajos sobre el parkinson y la esclerosis múltiple.

Erik también participó en la vida política. En las elecciones municipales de 1979 impulsó la candidatura Pueblo Unido, con la que se convirtió en el primer alcalde democrático de La Granja. En calidad de tal, hizo revivir la Fábrica de Vidrio, construyó viviendas sociales dignas y elaboró lo que seguramente fuera el primer plan de salud de un Ayuntamiento democrático.

También presidió la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública desde 1986 a 1990, y participó en la evaluación de los proyectos de investigación presentados al Fondo de Investigación Sanitaria (FIS). Durante este periodo representó a España en el comité de gestión del Programa Marco de la Unión Europea sobre Medicina y Salud. El primer día que tomó en él la palabra, con su inglés impecable asombró a los propios representantes británicos. Siempre mantuvo un cierto aire socarrón, buscando la complicidad de sus amigos sobre anécdotas de sus vidas.

Erik fue un intelectual comprometido con el progreso y la defensa de lo público, un maestro ejemplar que antepuso siempre el interés de sus discípulos al suyo propio, un neurólogo eminente que unió la profesionalidad con el cariño al paciente y un investigador de relieve.

José Ramón Ricoy Campo es catedrático de Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense.