Entrevistar al mundo
Uno de los realizadores de '6 mil millones de otros' explica los entresijos del proyecto - "Realmente el mundo es abierto", señala Rouget-Luchaire
40 preguntas directas, íntimas y otras tantas respuestas de cerca de 5.600 personas. Esta es la base de la exposición 6 mil millones de otros, una instalación audiovisual y la primera exposición temporal del renovado Museo San Telmo de San Sebastián que permanecerá hasta el 21 de agosto. Uno de sus realizadores, Baptiste Rouget-Luchaire, de visita en la ciudad explica los entresijos del proyecto; "El objetivo es entender la diversidad del ser humano, conocer mejor al vecino e intentar entender porque no podemos vivir en paz".
Rouget-Luchaire desgrana en la cafetería del Hotel Niza el viaje que realizó junto a Sybille d'Orgeval y el fotógrafo Yann Arthus-Bertrand, impulsor de la idea, y que les llevó a visitar 75 países. Una aventura que nació después de que el proyecto La tierra vista desde el cielo llevara a Arthus-Bertrand a plantearse la utilidad y la lógica de las fronteras que dividen el planeta. "Realmente el mundo es abierto, existen fronteras naturales como las montañas o los ríos pero esos conceptos se tornan diferentes para el hombre", explica Rouget-Luchaire.
La muestra en San Telmo recoge los testimonios de más de 5.000 personas
La vulnerabilidad de los límites creados por la historia y la política queda reflejada en 6 mil millones de otros cuando los entrevistados, sin importar el lugar del que procedan, ofrecen respuestas similares. Miedos, anhelos y deseos no difieren en exceso entre los ciudadanos de Oriente y Occidente, de Europa y Asia.
Rouget-Luchaire, ahora inmerso en un documental sobre las reservas, el uso y los problemas que pueden surgir del reparto del agua dulce entre la población del planeta, guarda muchos recuerdos de aquel viaje en busca del diferente, del otro. "Fue una experiencia increíble, cuando te enfrentas a otras personas en una situación de estas características, cuando responden ante una cámara y a unos extraños preguntas un tanto comprometidas, aprendes de sus experiencias, de sus recuerdos, en definitiva, de su vida", asevera.
El equipo del proyecto, en una suerte de azar, recorrió el mundo sin un objetivo claro, ni preciso, simplemente con la meta de hablar con todos aquellos ciudadanos que estuvieran dispuestos a hacerlo. "Nos daba igual de donde procedieran, si eran ricos o pobres, gente analfabeta o con estudios. El único lugar que visitamos con una intención clara fue un campos de refugiados en Darfur. Ahí si quisimos aproximarnos a un modo de vida y una situación concreta", aclara el realizador.
El modus operandi fue sencillo: patear muchos lugares. "Visitábamos los hospitales. Cuando conseguíamos hablar con una persona en muchos casos nos conducía a otra, tenéis que hablar con mi vecina, os puede contar cosas interesantes", ejemplifica.
"Muchas personas nos dijeron que no les apetecía contestar a nuestras preguntas, pero sólo muy pocos se arrepintieron a mitad de la entrevista", cuenta.
6 mil millones de otros se ha expuesto en París y a ahora, al mismo tiempo que se muestra en San Telmo hace lo propio en São Paulo (Brasil) y en agosto viajará hasta Moscú (Rusia). Rouget-Luchaire es consciente de que es imposible que todos aquellos lugares por donde ha pasado junto a una cámara acojan el proyecto. "Una pena. Hicimos todo lo posible para llevarla a Malí pero la falta de patrocinio, lo hizo imposible. Me gustaría que se pudiera ver en Palestina o Irak, pero en este tipo de países la estructura cultural es muy débil, muy pobre y no nos permita enseñar nuestro trabajo", lamenta.
Aún así, Rouget-Luchaire, se conforma con que los políticos y los empresarios occidentales se acerquen hasta la exposición. "Pueden aprender mucho. Se darían cuenta de ciertos aspectos que gobiernan el mundo y de los que no son conscientes", concluye.
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