Para luchar contra el cambio climático

Cuando hace más de 13 años llegué por primera vez a Madrid, pensé que aquí me resultaría más sencillo ver la nieve que en mi Taiwan natal. En seguida supe que no. Volví a España hace poco y las cosas parecen ahora bien distintas. En los últimos meses he quedado atrapado en aeropuertos y carreteras y he sido testigo de duras inclemencias meteorológicas. Algo parece estar sucediendo en todo el mundo como consecuencia del cambio climático.

Taiwan, 18ª economía del mundo y líder en tecnología informática, también es víctima de esta amenaza, pero poco puede hacer él solo para evitar fenómenos como el tifón Morakot, que provocó en agosto la pérdida de más de 600 vidas. De la UE llegó rápidamente la ayuda que mitigó las consecuencias, pero que no soluciona el problema de fondo. Por ello, Taiwan aspira a formar parte del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, organismo en el que no puede participar por estar excluido de la ONU.

El 10 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución para apoyar nuestra participación en este organismo, apoyo que, ahora sí, va dirigido a la raíz del problema. A mí, que vivo en España, ya me emocionó la ayuda prestada por la UE tras el tifón, pero ahora, este otro gesto me llena especialmente de orgullo y satisfacción, y revela que Europa ha entendido que para lograr objetivos globales es necesaria la participación y el compromiso de todas las naciones.