Reflejo íntimo

El ciclo de Flamenco del teatro Principal de Valencia se cierra esta semana con el espectáculo Autorretrato, el último regalo de María Pagés. La presencia de la bailaora en escena, elevada al cuadrado por el reflejo de los espejos, supone la sublimación de su esencia gracias al encargo de Mikhail Baryshnikov, que pidió a la sevillana su ejercicio más personal, aquel que destilara su presencia más íntima. Pagés (1963), Premio Nacional de Danza de 2002, estrenó esta obra hace un año en Tokio, y la considera el paso lógico para conocerse mejor a pesar de que, de ser cierta la soleá, nunca podrá saberlo todo de sí misma: "El espejo en que te miras te dirá como tú eres, pero nunca te dirá los pensamientos que tú tienes". Farrucas, tientos, tangos, alegrías y hasta un martinete, componen un montaje en el que la artista inventa las coreografías y diseña la escenografía y el vestuario. Color, ritmo y el frágil movimiento de sus brazos conmoviendo el aire.