Pandemias
Se acuerdan ustedes del síndrome tóxico? Yo sí. Nunca podré olvidarlo, porque le costó la vida a una compañera de mi facultad. Y a su madre. Y a su hermano. Nunca podré olvidar su funeral, el rostro anonadado del padre, un hombre que unos meses antes tenía una familia y se había quedado solo de repente. El síndrome tóxico no fue una epidemia, sino una estafa homicida a la que las autoridades de entonces intentaron restar importancia a toda costa, pese a que los culpables tenían nombre y apellidos.
¿Y de los comienzos del sida, se acuerdan? Nadie habló de pandemia cuando estalló esa enfermedad maldita, la más cruel que hemos padecido en mucho tiempo. Se hablaba de grupos de riesgo, un castigo divino para los hombres homosexuales, los heterosexuales y las mujeres no tenían por qué preocuparse, si usted está casado y no es promiscuo, a vivir, que son dos días... Mentira podrida. Tantos años, tantísimos muertos después, todavía se levantan voces que se atreven a desmentir la evidencia con la misma despiadada terquedad de entonces.
Ahora parece haberse invertido la tendencia. Desde que las vacas se volvieron locas, basta con que haya un ciudadano europeo o norteamericano ingresado en un hospital, con síntomas sospechosos, para que se agoten las mascarillas. La alarma crece de gripe en gripe, con independencia del número de víctimas que provoca cada nueva enfermedad. Podría pensarse que tantas precauciones revelan el progreso de las autoridades sanitarias, y que cualquier medida, por muy exagerada que parezca, está justificada. No es verdad porque, en materia de pandemias, la geografía pesa más que la historia, más que la estadística, más que la aritmética, y no todos los muertos valen lo mismo. En el Tercer Mundo, la malaria, una pandemia muy vieja, mata cada año a un millón de personas sin arañar ni un triste titular.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Aitana Bonmatí y su tercer The Best: premio a un año exitoso, con más partidos que nunca y una fractura en el peroné
La comarca con mayor renta de Extremadura teme por el cierre de Almaraz: “Al Gobierno no le va a quedar más remedio que prorrogar”
Detenidos 44 gendarmes por una red de corrupción en las cárceles chilenas
Aduanas cesa a Alex Tonatiuh Márquez, su cuestionado encargado de combate a la corrupción
Lo más visto
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo
- El rechazo de Francia y las dudas de último minuto de Italia amenazan con descarrilar la firma del acuerdo entre la UE y Mercosur
- La UE eleva la presión sobre Venezuela al prorrogar las sanciones al círculo de Maduro en plena escalada de Estados Unidos
- El hijo de Michele y Rob Reiner, Nick Reiner, detenido por el asesinato de sus padres




























































