Mas se distancia ahora de la marcha independentista de Bruselas

Artur Mas no es Jordi Pujol, por lo menos en el juego político. El líder de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) no maneja como su antecesor la tradicional ambigüedad convergente con el soberanismo o independentismo. Prueba de ello es el episodio de la manifestación de hoy en Bruselas a la que están convocados 10.000 independentistas en favor "del derecho a decidir" ante las instituciones de la Unión Europea y para pedir un Estado "propio" para Cataluña. Esta marcha ha sido preparada por varias plataformas soberanistas y con el apoyo tácito de ERC. Y de Convergència, que decidió en la ejecutiva del pasado lunes, presidida por Mas, acudir a dicha manifestación. Pero hoy sólo irán dirigentes de segunda fila, algo que el alcalde de Sant Cugat y valor en alza en CDC, Lluís Recoder, tildó de adhesiones personales. Mas no estará en Bruselas.

El líder convergente dice preferir que estos eventos los lidere la sociedad civil

De hecho, el líder de CiU quiso marcar distancias con los organizadores de la manifestación convocada bajo el lema Deu mil a Brussel·les per l'autodeterminació de la nació catalana y abogó por dar prioridad al derecho a decidir en cuestiones como la financiación y las infraestructuras, antes que a la autodeterminación. La actual estrategia de Mas consiste en cargar contra el Gobierno catalán por el flanco de la crisis, no por el identitario o "nacional".

El secretario general de CDC apuntó que esta marcha surge de "una iniciativa de la sociedad civil, no son los partidos políticos los que la están organizando". Mas añadió: "Lo que salga de la sociedad civil y se organice de esta manera me parece que es un buen signo de madurez democrática".

Los escarceos de Convergència con el independentismo han sido constantes e históricamente rentables. De hecho, ERC hizo presidente en 1980 a Pujol. Pero la nueva dirección convergente, de la mano de Mas y su equipo, se ha adscrito al soberanismo. Por eso cada día es más difícil el retorno a la calculada ambigüedad de Pujol. El ex presidente actuó de acuerdo con su lema Avui paciència, demà independència, mientras que Mas se ha mostrado a favor de un referéndum de autodeterminación, con condiciones.

Además del líder, otros convergentes, como Felip Puig y el portavoz parlamentario Oriol Pujol, manifiestan su independentismo sin complejos. Jordi Pujol no quiso entrar en ese debate mientras lideró el partido y el Gobierno catalán.

La militancia convergente -otra cosa son los votantes- apretó en aspectos soberanistas a Mas en el último congreso del partido, en julio pasado, y logró que en la ponencia política se recogiera que el objetivo de Convergència es que "Cataluña se convierta en una nación libre y soberana en la Europa del siglo XXI". Mas consiguió que el texto programático no incluyera el derecho de Cataluña a tener un "Estado propio". El gradualismo marca de la casa de Convergència lo quiere abanderar ahora Lluís Recoder, aspirante a candidato a suceder a Artur Mas.