A penaltis, no; gracias

Obligado el Athletic a remontar el 2-1 del Sevilla en el Sánchez Pizjuán, sería lógico pensar que Joaquín Caparrós firmaría, gustoso, jugarse el billete para la final en la ruleta rusa de los penaltis. Pero, supersticioso como es, el asunto no está claro. Motivos no le faltan para la desconfianza. Caparrós dirige el equipo al que más penas máximas a favor han pitado en la Liga, nueve, pero también el que más ha fallado, cuatro (como el Mallorca). Acertaron Iraola (tres) y Llorente (dos) y erraron Iraola (dos), Llorente y Yeste. En la Copa la estadística no es más alentadora: dos lanzó Llorente y sólo una transformó el delantero internacional riojano. Sirvió, eso sí, para eliminar al Recreativo en dieciseisavos de final. En total, pues, 11 lanzamientos y sólo cinco aciertos (el 45%).

"No me preocupa en absoluto", afirmó ayer Caparrós al ser preguntado al respecto; "los hemos preparado [los penaltis] y, si los hay, tenemos futbolistas que han demostrado tener la suficiente calidad, confianza y tranquilidad para lanzarlos".

Tampoco el Sevilla está para echar cohetes: presenta el peor porcentaje desde los once metros tanto en la Liga como en la Copa: 0%. Dos le han pitado, saldo extraño en un equipo de su tronío, y ambos los marró su máximo artillero, Kanouté. Asier Riesgo, portero del Recreativo, detuvo su disparo en la décima jornada liguera y el poste derecho de la portería de Iraizoz repelió su remate en el choque de ida de la semifinal copera que le mide al Athletic. Se da la circunstancia de que era el propio Iraizoz el portero del Espanyol en la final de la Copa de la UEFA de 2007 que el Sevilla ganó en los penaltis, en cuya tanda Palop detuvo tres tiros. No acaban ahí las casualidades: el técnico de los periquitos en aquel partido de Glasgow era Ernesto Valverde, entrenador del Athletic la última vez que los leones, en la temporada 2004-05, disputaron una semifinal de la Copa, eliminatoria que perdieron ante el Betis por... penaltis.