El precio de la gasolina

En su editorial del pasado día 9 (Lo crudo y lo cocido) recogen y promueven nuevamente la desconfianza de la gente hacia la relación entre el precio del petróleo y el precio de las gasolinas. Comparto la sensación de que las subidas del precio del petróleo se transmiten más rápidamente al precio final de las gasolinas que las bajadas correspondientes, pero no el comentario final acerca del hecho de que mientras el petróleo haya bajado su precio un 17% desde junio, la gasolina sólo lo haya hecho un 6%. El coste actual de la gasolina sólo supone aproximadamente un 40% del precio de venta. Más del 50% son impuestos (impuesto especial de combustibles, fijo, y 16% de IVA sobre el total). El resto son costes de transporte y márgenes de beneficio de los distribuidores. A un precio aproximado de 1,30 euros por litro en junio, el coste intrínseco de la gasolina era entonces de unos 52 céntimos de euro. Un descenso del 17% implicaría un descenso de cerca de 9 céntimos en el coste final, muy similar al precio al que actualmente se vende.

En resumen, debemos ser conscientes de que una hipotética bajada del precio del petróleo a la mitad sólo acarrearía un descenso de un 20% en el precio de las gasolinas, mientras no se modifiquen los impuestos que llevan asociados. Otro asunto muy diferente y que sí merece la atención del Gobierno lo constituyen las mínimas diferencias de precio entre unos distribuidores y otros, que resultan, cuanto menos, sorprendentes.