El regreso de Melodrama

Ayer fui a Razzmatazz para asistir al primer concierto del regreso de Melodrama, banda pop del Poblenou que fue muy activa durante los setenta y los ochenta, que grabó tres LP y tres singles con las estupendas canciones que componía su líder y cantante, Dionís Olivé, que actuó por toda España y obtuvo dos o tres hits de proporciones moderadas, No me digas que me dejas, Sabor a tutifrutti, Tú, yo y el Tibidabo. Durante un par de años el grupo acompañó a Jaume Sisa cuando éste quiso darle un aire nuevo a sus melodías de ayer y de siempre; de aquella experiencia queda el testimonio de una caja con tres discos, Sisa y Melodrama, que se editó el año pasado.

Habré asistido a 30 o 40 conciertos de Melodrama. O sea, que me encantaba. Pese a mi devoción no tuvieron un éxito inmenso, y es raro, porque las letras eran casi siempre graciosas y articuladas, y las melodías encantadoras y pegadizas... Tenían repertorio en catalán y en castellano, pero curiosamente cuando las instituciones comenzaron a financiar y difundir el rock català, Dionís y su hermano Toni (bajista), Joan Navarro (pianista), Carlos Collazos (batería) y Xavi Julià (guitarra) en vez de subirse al carro se separaron. Se dedicaron a sus oficios respectivos y a la vida de familia, y en el caso de Dionís, a sacarse una licenciatura en filosofía. Siempre fue un rocker un poco raro, más impasible que Henry Fonda en Pasión de los fuertes y más ausente que El hombre que nunca estuvo allí. La clase de persona a la que le preguntan "¿Qué te sirvo, un café o un té?" y responde: "Sí".

Ahora han vuelto. Cuando llegué a la sala 2 de Razzmatazz, la encontré abarrotada de fans de cuando entonces, y había también muchos jóvenes, que quizá habían ido a escuchar a los teloneros, los grupos bisoños Laherzio y Splac, un dúo compuesto por Joan y Pau, los hijos de Dionís. Me pareció que tocan un pop parecido y tienen en el escenario una actitud parecida. Splac acaba de grabar su primer disco, producido por Pep Sala, la mitad que queda de Sau. Pep Sala apareció también en el escenario, guitarra en ristre, y cantó con ellos Boig per tu, su hit. El público se la sabía de memoria y la coreó con entusiasmo...

En el descanso me entretuve charlando con Hernán Migoya, escritor que gozó de involuntaria fama a propósito de su libro con el título contundente de Todas putas, farisaicamente utilizado como arma arrojadiza contra la editora, Miriam Tey, que acababa de ser nombrada directora del Instituto de la Mujer. Ella, si no recuerdo mal, tuvo que renunciar al cargo, pero el libro se vendió bien y dio pie a una secuela que el autor tituló Putas es poco. En la portada se le ve caracterizado de risueña pin up, con un teléfono blanco en la mano y con un ojo morado. Te digo que a este tipo no le falta cuajo.

Salió Melodrama al escenario y tocaron las mismas canciones, explicó Dionís, que tocaron en su primer concierto en Celeste, hace 31 años. No tocaron mis preferidas: Comiendo pan ("¡Qué solo me siento / comiendo pan, / comiendo pan / en un rincón!") y La enciclopédia, que cuenta la historia de un señor que un buen día llaman al timbre, abre, y es su ex, que ahora es vendedora puerta a puerta. El tipo clama, angustiadísimo: "Jo visc aquí, / com has pogut oblidar- te'n? / Em vas deixar, / i tornas amb un catàleg!". Y repite el estribillo: "Jo no vull comprar una enciclopèèèdia! / Vull oblidar! / Vull oblidaaaaar!". Paradigma de los cómicos melodramas de Melodrama. En su lugar tocaron cuatro canciones nuevas, entre ellas Sempre t'estaré esperant y No es massa tard. Desde luego que no, que no es massa tard. Gustaron. Todos se lo pasaron bien.