Condenados por intrusismo un médico y la hermana que le ayudaba sin título

El urólogo donostiarra Fernando Arocena, y su hermana Marta Arocena, que trabajó a sus órdenes durante 30 años como instrumentista de quirófano en la Policlínica de San Sebastián sin tener el título de enfermera, han sido condenados por un delito de intrusismo profesional a abonar sendas multas de 2.400 y 1.440 euros, respectivamente.

Durante el juicio, celebrado el pasado 5 de marzo, Marta Arocena, reconoció que fue contratada por su hermano en 1975 y que durante los treinta años siguientes desempeñó labores de secretaria y de instrumentista en las operaciones que efectuaba el urólogo, quien está inhabilitado por "grave abandono de sus obligaciones médicas" desde 2006.

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España suspendió a Arocena por veinte años a raíz de una denuncia de varios pacientes a los que, según el acuerdo de inhabilitación, el urólogo no transmitió "la realidad de sus situaciones", les proporcionó información falsa y les realizó "intervenciones que no se debieron practicar".

La sentencia que ahora le condena a él y a su hermana rechaza el argumento de los acusados de que Marta actuó capacitada por sus conocimientos como dama de la Cruz Roja, un cuerpo a extinguir en la profesión sanitaria.

El fallo judicial señala que no ha quedado acreditado que la mujer poseyera la titulación de dama de la Cruz Roja. Respecto al urólogo, la sentencia señala que fue cooperador del delito al contratar a su hermana para que le auxiliara en el quirófano.

Arocena fue fundador de la Policlínica de Guipúzcoa, urólogo de ese centro y del Hospital Donostia, de la red de Osakidetza, y profesor de la UPV.