Guerra electoral por los impuestos

En tiempos de elecciones, anuncios de rebajas fiscales. No falla. Los dos partidos políticos principales pugnan por anunciar la reducción de impuestos, la supresión del impuesto sobre el patrimonio por los dos partidos y exenciones para rentas bajas en el IRPF si gana el PP.

A esta guerra fiscal se han sumado las comunidades autónomas. Las modificaciones en el impuesto de sucesiones, transmisiones y donaciones rompe la armonía fiscal y provoca que salga más barato morirse en Murcia o Cantabria que en Extremadura o Andalucía; que resulte más caro vender un piso en Madrid o Aragón que en Baleares o Castilla y León.

La maraña normativa fiscal está adquiriendo tal tamaño que la diversidad de regímenes tributarios puede obstaculizar la unidad de mercado, advierte la CEOE: "Deben adoptarse disposiciones armonizadoras que eviten ventajas competitivas indeseables en función del territorio, sin perjuicio de la corresponsabilidad fiscal". En este enredo jurídico los expertos fiscales detectan exceso de anuncios, porque las deducciones autonómicas no llegan ni al 0,5% de la cuota autonómica. Algunos Ayuntamientos se han sumado a la reforma tributaria en sentido contrario, como el de Salamanca, que ha subido el IBI un 16%.