La fiesta mayor del barrio elude los símbolos de Barcelona

Los símbolos sirven para unir, pero también para separar. Al menos en el barrio de Gràcia, que siempre ha presumido de su singularidad. Algunos de sus habitantes, la llevan al extremo. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, presidió anteayer el pregón con el que se daba por inaugurada la gran cita festiva del verano en la capital catalana. Ningún símbolo barcelonés acogió su presencia. Por no ondear, ni siquiera ondeaba la senyera. Del balcón del distrito colgaba exclusivamente una bandera con los lirios que luce el emblema de Gràcia. Sus responsables justifican que así se evitan polémicas y enfrentamientos.

La medida ha sido acogida con entusiasmo por el Escamot Francesc Derch, una organización que realiza acciones no violentas encaminadas a lograr la independencia del barrio, aunque en un comunicado lamentaron el protagonismo del alcalde de Barcelona en el pregón. Su acción más conocida fue la de sustraer el año pasado el pendón de Barcelona. Ahí empezó el sainete, porque después lo devolvieron y con posterioridad lo volvieron a sustraer. Los integrantes del Escamot saludan con alegría en el comunicado la ausencia de banderas, un gesto que consideran de buena voluntad por parte de las autoridades del distrito y, por eso, anuncian "una tregua unilateral" hasta el final de la fiesta mayor de Gràcia, que concluye el 21 de agosto. "Una buena voluntad que, de perdurar, podría facilitar un final del secuestro del pendón de Barcelona", remachan, un símbolo que dicen tener en su posesión desde el pasado 27 de enero.