El alcalde de Nueva York deja a los republicanos y se declara independiente

Cuando el verano pasado comenzaron los rumores sobre su posible salida del Partido Republicano para hacerse independiente, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, aseguró que no había razón, "de momento", para cambiar de partido. Al fin y al cabo fue éste el que le dio la oportunidad de ganar las elecciones en 2001, evitando unas abarrotadas primarias demócratas después de toda una vida en las filas del Partido Demócrata.

Aparentemente, el momento del que hablaba ha llegado. Y ha probado lo que muchos intuían: que Bloomberg era un demócrata con piel de conservador que tuvo que pasar por el trance de afiliarse al partido republicano para ganar la plaza de Nueva York después de que el héroe del 11-S, Rudolph Giuliani, agotara su mandato.

Bloomberg ya no es ni demócrata ni republicano. El pasado martes se pasó al bando independiente, levantando las sospechas de que puede presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 2008, en un intento como el que protagonizó el magnate Ross Perot en 1992. Aunque el multimillonario volvió a negar ayer que quiera ser presidente. "Mis planes para el futuro no han cambiado", dijo, "creo que esto alinea mi afiliación con cómo he dirigido y cómo seguiré dirigiendo la ciudad". Bloomberg tiene 65 años y una vida de éxitos empresariales y políticos.