Margarita Rivière recibe un premio a su trayectoria europeísta

"No escogimos Europa, Europa nos escogió a nosotros", afirmó ayer la periodista y escritora Margarita Rivière tras recibir el premio Reconeixement a la trajectòria europeísta. "Este premio", remachó, "es a toda una generación". Rivière, que ha practicado todos los registros del periodismo y que es autora de una treintena de libros, explicó que decidió especializarse en información sobre Europa por el reto y la complejidad que suponía.

Margarita Rivière (Barcelona, 1944) se interesó tempranamente por los asuntos europeos. De hecho, cubrió para El Periódico de Catalunya las negociaciones de la entrada de España en la Unión Europea y en la OTAN y desde entonces siempre ha mantenido vivo el interés por el Viejo Continente. Ayer, su hija Clara de Cominges, también periodista a pesar de que las recomendaciones maternas hacia el oficio fueran más bien contrarias, explicaba que si en el buscador Google se escribe el nombre Rivière acompañado de la palabra Europa aparecen 50.000 referencias. No es que este experimento signifique mucho, pero sin duda rastrea un interés sostenido a lo largo de los años.

El emotivo acto se celebró en la sede barcelonesa de la representación de la Comisión Europea, también oficina del Parlamento Europeo. La primera edición del premio, instituido por la Asociación de Periodistas Europeos y el Patronat Català Pro Europa, recayó en Jaime Arias, presente en la entrega del galardón a Rivière junto con una nutrida representación de la profesión periodística.

"Militante del europeísmo"

Glosó la figura de la galardonada Xavier Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS, medio en el que actualmente colabora Rivière, de la que destacó que es una periodista con "una manera de mirar" la realidad y de interrogarla hasta obtener respuestas. "Margot es europeísta por decantación, por acumulación, por adición de meandros, casi por exclusión. Porque ella es europeísta, incluso militante del europeísmo, a fuer de ser europea. Con naturalidad", subrayó.

Autora de una treintena de libros, entre los que destacan La moda, ¿comunicación o incomunicación?, El mundo según las mujeres, El tabú y La aventura de envejecer, ha practicado todo los géneros periodísticos, desde la entrevista hasta el reportaje, pasando por la crónica y el artículo de fondo sobre cuestiones preferencialmente sociológicas.

Es una periodista que lee mucho y bien: realizó el proyecto de la revista Qué leer. En su discurso de agradecimiento, Rivière confesó que había optado por explicar Europa en los medios de comunicación por el reto que esto suponía. "El tema europeo te pone como ningún otro ante la cuestión de cómo expresarlo. Porque lo normal, especialmente cuando empecé, era que mis jefes me dijeran: 'Qué aburrimiento, eso no interesa a nadie".

Magnetismo

La periodista rememoró también algunas experiencias vividas. Recordó, por ejemplo, varias entrevistas que mantuvo con generales de la OTAN en 1985, en la que éstos ya advertían de la amenaza islamista y a ella le pareció una exageración.

De Estrasburgo destacó con humor que es una ciudad en la que pasa la electricidad estática cuando das la mano, y aludía tanto a la realidad como, metafóricamente, al "magnetismo" que las cuestiones europeas le suscitaron desde la primera vez que visitó el Parlamento Europeo. Y concluyó: "Yo pensaba que Europa era una historia de buenos y malos hasta que me topé con un conservador británico, ferviente europeísta. Supe entonces que allí hay de todo, que es la complejidad y la pluralidad en esencia". Una buena escuela periodística, sin duda.