El buen tiempo mata a los inmigrantes en Cabo Blanco
Con el calor arrecian los alisios, que endurecen las travesías en cayuco
En lo más alto del acantilado de Cabo Blanco, al norte de Mauritania, subsiste desde tiempos coloniales un monolito gris que señalaba la división vertical de la Península del Galgo: el lado occidental para España, el lado oriental para Francia. Como es costumbre, París se quedó con la mejor parte. La bahía de Nuadibú (antaño Port Etienne) se halla a resguardo de los vientos alisios y sus aguas, alimentadas por la corriente norecuatorial que asciende pegada a la costa desde el África subsahariana, llega a alcanzar en verano los 28 grados. Mientras, en el lado occidental, el alisio desplaza toneladas de arena, encrespa el mar y forma decenas de corrientes circulares que mantienen la temperatura del agua a 15 grados.
Al norte, el alisio sopla con más fuerza en verano, justo cuando hace buen tiempo al sur
Los jóvenes africanos que intentan llegar en cayucos a Canarias deberían recordar el viejo monolito gris de Cabo Blanco. No por su antiguo significado, sino porque ese mojón de piedra se ha convertido hoy en la puerta del infierno para muchos de sus camaradas. Al menos 20 de ellos han muerto este año tras intentar cruzarla.
Al pie del acantilado, el calendario da la vuelta. Cuando en Senegal se aproxima el verano y los termómetros suben y el mar se calma, animando a los emigrantes a la aventura, en la costa del Sáhara el alisio se enfurece, levanta las aguas y las convierte en espuma. Los cayucos, de madera o de fibra de vidrio, poco pueden hacer frente al océano helado que entra volando por sus bordas y azota a los pasajeros. Esa combinación de agua y viento es lo que acaba matando a muchos de hipotermia.
Roberto González, capitán del buque hospital Esperanza del Mar, del Instituto Social de la Marina, da un respingo cada vez que algún político o algún medio de comunicación relaciona el invierno con el mal tiempo en el Atlántico al sur de Canarias. González sabe de qué habla, pues navega en esa zona desde hace 12 años. En una entrevista mantenida con este periódico el año pasado, explicó una y otra vez que, al norte de Cabo Blanco, el alisio sopla con más fuerza entre marzo y octubre, justo cuando mejor es el clima al sur. Y, a la inversa, amaina entre octubre y marzo, cuando en el África subsahariana empeoran las condiciones de navegación.
En Cabo Blanco hay un faro. A cambio de un puñado de uguiyas (un euro equivale a 35 uguiyas), el viejo farero acompaña a los visitantes que se acercan a contemplar las focas monje. Naturalmente, los animales se hallan en el lado occidental de la península: a las focas les gusta el frío y las olas. El farero conoce bien las dos caras que presenta allí el mar. Ha llegado a contemplar tres naufragios de cayucos en un solo día. Y, al mismo tiempo que las lanchas naufragaban por enfrentarse al viento, a sólo 100 metros de distancia el agua del interior de la bahía permanecía plana como un plato.
Los africanos parecen ignorar ese contraste, a pesar de sus dramáticas consecuencias. Una de las páginas web que tratan la emigración (http://www.senegalaisement.com) ofrece seis "paquetes" diferentes para entrar en Europa, "en función de vuestra situación, de vuestro sexo, etcétera". "Imprímelo y distribúyelo por todo Senegal", anima.
Uno de esos paquetes es el llamado "Día-D". "Los desembarcos masivos en Canarias", asegura, "son una buena solución para los hombres senegaleses, especialmente para los más jóvenes. Al contrario de lo que hace creer la prensa occidental, el riesgo es mínimo si se respetan las condiciones de seguridad". Las condiciones de seguridad que propone senegalaisement.com consisten en comprar a escote un cayuco de 50 plazas "con un buen motor" (4.500 euros, 90 euros por pasajero), unos chalecos salvavidas y un teléfono móvil. Y, lo más importante: no llevar documentos de identidad ni revelar la nacionalidad. De esta manera, "gracias a Cruz Roja, Amnistía Internacional o la Liga Internacional de Derechos Humanos, vuestras posibilidades de éxito casi alcanzarán el 100%". En caso de que estéis vivos, debería añadir.
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