Una exposición de esculturas rinde homenaje a mujeres defensoras de la paz

Se inspira en las sibilas, influyentes mujeres dotadas del don de la profecía, que pueblan la mitología greco-romana, la exposición Temps de Sibil·les del escultor Josep M. Camí, que inaugura la temporada del Espai VolArt (Ausiàs Marc, 22) de la Fundación Vila Casas. La exhibición, abierta hasta el 18 de noviembre, toma su punto de partida de Sibilas Samia, Frigia y Cúmea, una pintura del siglo XVI, prestada al artista por el Museo de Arte Religioso de San Gil de Atienza, que retrata las tres profetisas más importantes del mundo helénico.

La evolución de estas míticas adivinas, reinterpretadas según los paradigmas actuales, se plasma en un conjunto de piezas, que homenajea a mujeres de diversos países y épocas que se distinguieron en la lucha por la paz. En total se trata de 21 esculturas de grandes dimensiones y mezcla de materiales (madera, hierro, plomo, tela y también huesos, radiografías, cáscaras de huevos y dátiles), que marcan la evolución de Camí desde una obra abstracta, poética e introspectiva, hacia propuestas más críticas, explícitas y vinculadas a candentes problemáticas sociales, políticas y económicas, aunque no renuncian a referencias de corte místico y esotérico.

Un gong silenciado recuerda la activista birmana Aung San Suu Kyi y una pira en hierro, que contiene una silueta de la India y una llamita de incienso siempre encendida, representa a Teresa de Calcuta. Las Madres de la Plaza de Mayo componen un cuerpo ultrajado con la forma de Sudamérica, atenazado por una enorme prensa de tortura. En cambio, un puñado de huesos de dátiles simboliza la esperanza del continente africano, en la obra dedicada a la keniana Wangari Maathai, fundadora del Movimiento Cinturón Verde, a quien se debe la plantación de 30 millones de árboles. Una serie de medallas en madera, hierro y pan de oro recuerda las 11 mujeres galardonadas hasta la fecha con el Premio Nobel de la Paz.