La AP-7 en Tarragona registró ayer colas de hasta 24 kilómetros

La autopista AP-7 en Tarragona concentró ayer los problemas de tráfico derivados de la operación salida de agosto. Las colas de hasta 24 kilómetros que se produjeron en las proximidades de El Vendrell contrastaron con la relativa fluidez del resto de vías de Cataluña. En Girona hubo algunas retenciones, que no superaban los dos kilómetros, en la AP-7 en la Jonquera y en la C-260 a la altura de Figueres.

La principal arteria viaria de Tarragona, la AP-7, vivió ayer su enésima jornada caótica y se convirtió en una auténtica ratonera incapaz de absorber tanto a los barceloneses que buscaban alcanzar la Costa Dorada como al tráfico europeo que está de paso hacia el sur de la Península. Las colas comenzaron nada más salir el sol, a las cinco de la madrugada, y se prolongaron durante toda la mañana en el tramo comprendido entre Vilafranca del Penedès (Alt Penedès) y Tarragona (Tarragonès), con un máximo de 24 kilómetros de retenciones entre Banyeres del Penedès y El Vendrell (Baix Penedès).

Los usuarios de la AP-7 que conducían hacia el sur se encontraron ya con retenciones a la altura del peaje de Martorell. Una vez pagado el peaje (3,10 euros) les esperaba un auténtico maratón si querían llegar hasta Tarragona. Según el Servicio Catalán de Tráfico, el tramo entre Vilafranca del Penedès y Tarragona ciudad, de unos 55 kilómetros, fue el que más colapso registró desde que el viernes a las tres de la tarde comenzó la operación salida. Unos 500.000 vehículos han salido desde el viernes de Barcelona, y la mayoría, según los datos oficiales de tráfico, se dirigieron hacia la costa tarraconense. A las tres de la tarde de ayer ya habían partido del área metropolitana de Barcelona 460.000 vehículos, lo que alivió las carreteras tarraconenses al no registrarse más retenciones ayer por la tarde.

Tras el peaje de Martorell, el conductor en la AP-7 se encuentra con otro en El Vendrell. Este fue ayer el punto negro por excelencia y las colas se prolongaron desde Banyeres del Penedès, llegando a los 24 kilómetros para superar las barreras de un peaje que cuesta 2,45 euros. Tras el pago, los conductores encontraron de nuevo más colas hasta las barreras de Tarragona. Entre Roda de Barà y el peaje, que cuesta 1,20 euros, hubo 17 kilómetros de cola a lo largo de la mañana.

La única vía gratuita alternativa, la N-340, también se vio incapaz de absorber la densidad de tráfico. El caos de ayer fue monumental entre El Vendrell y Cambrils (Baix Camp). El colapso que se repite en epocas de vacaciones y fines de semana en las carreteras de Tarragona ha provocado las quejas de la Cámara de Comercio de Tarragona. También el alcalde Joan Miquel Nadal (CiU), ha repetido hasta la saciedad la necesidad de eliminar los peajes en la AP-7 y cobrar a los usuarios sólo en las entradas y salidas de la autopista para evitar unas colas que en ocasiones han superado los 30 kilómetros.

En la provincia de Barcelona, los problemas más importantes se localizaron en la AP-2 en El Papiol, con retenciones de un kilómetro, y en la AP-7 a la altura de La Roca del Vallès en dirección norte. En Girona, la C-260 presentó tráfico muy lento a la altura de Figueres, lo mismo que la AP-7, en La Jonquera, dirección Francia, informa Gerard Bagué.