Militantes de la igualdad

"Las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y se merecen un trabajo", sentencia Olaf, de 11 años y alumno de la ikastola Adurtza de Vitoria. "Debe haber igualdad entre chicos y chicas y ninguna persona debe pegar ni maltratar a otra", ahonda Alicia, de 10 años y estudiante de la escuela Zaldupe de Ondarroa.

Olaf y Alicia son dos de los 1.300 escolares del tercer ciclo de Educación Primaria que este año han participado en Euskadi en Nahiko, un programa diseñado por Emakunde para difundir la igualdad entre ambos sexos y prevenir la violencia contra las mujeres desde el ámbito educativo y familiar.

"Esta gente menudita es la que mañana estará en lugares con responsabilidad política, económica y social. Es muy importante que vayan reflexionando sobre qué tipo de personas quieren ser, qué relaciones van a establecer entre hombres y mujeres y cómo se van a querer y respetar", subraya la directora del Instituto Vasco de la Mujer, Izaskun Moyua.

Sobre todo ello han trabajado a lo largo del curso tanto en el colegio como en casa. Los escolares se han centrado en tres unidades didácticas y se han valido de coloquios, juegos, teatro, canciones... Bajo la pregunta ¿Quién soy yo?, han abordado aspectos relacionados con la autoestima y la propia identidad como pilares para las relaciones igualitarias.

El apartado Un proyecto de vida les ha servido para debatir sobre la importancia de que hombres y mujeres se desarrollen en todas las facetas: personal, familiar, social y profesional. Y mediante la unidad Compromiso, se han convertido en "militantes" de la igualdad y de la lucha contra la violencia de género, destaca Moyua.

Ayer, la mayoría de los niños que han tomado parte en Nahiko invadieron el auditorio Kursaal de San Sebastián para exponer la tarea que han llevado a cabo y decir bien alto que están en contra de las etiquetas de género y los malos tratos y que defienden la igualdad.

Y es que, en muchos casos, todavía perduran los estereotipos que sitúan a las mujeres "en una posición de dependencia y subordinación respecto a los hombres", concluyen los escolares en el manifiesto que han redactado y que leyeron tras explicar su trabajo.

Una labor que se ha plasmado, por ejemplo, en un panel donde aparece una mujer haciendo deporte y un hombre cocinando. Pero también una mujer Papa. "Nunca ha habido una papisa y podría haberla", reivindican los pequeños.

Nahiko surgió en 2003. Entonces sólo participaron tres centros. Ahora ya son 37 los que protagonizan una aventura en la que también aprenden mucho los padres, quienes han de tomar conciencia de la necesidad de educar igual a sus hijos y sus hijas, algo no siempre fácil porque ellos, a su vez, son hijos de una educación, en general, machista, según reconoce Jaione Ugarte, madre de un niño y una niña. "El respeto es la base de todo. Lo demás viene por sí solo", apostilla María Romero, profesora de la escuela Domingo Agirre de Legazpi.