Pujol defiende el modelo de Estado de bienestar europeo, aunque alerta de la dificultad de sostenerlo

El modelo de Estado de bienestar europeo es el preferible por su equilibrio y su capacidad de actuación sobre múltiples aspectos, aunque a la larga va a ser difícil sostenerlo sin más. Así lo cree el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, que ayer pronunció la conferencia L'Estat de benestar, avui, a Escandinàvia en el Fórum Social Pere Tarrés, que, con la colaboración de Aula EL PAÍS, promueve el debate plural en asuntos de acción social de interés para el Tercer Sector.

El ex presidente describió el Estado de bienestar como "el modelo de actuación estatal en el que los ciudadanos tienen cubiertos a escala económica y sanitaria parte de los riesgos que entraña la vida humana". Pujol situó el origen de este modelo como una consecuencia de la revolución industrial y lo atribuyó a los demócratas socialistas "no marxistas ni revolucionarios", a algunos conservadores ilustrados y, en parte, a la labor de la doctrina social de la Iglesia.

A continuación, entró de lleno en uno de los temas que más le apasionan y conoce: el caso de Suecia y el modelo escandinavo, zona en la que, advirtió, se dan algunas conductas xenófobas.

Pujol explicó que tras varias décadas exitosas con unos índices envidiables de cobertura social, el sistema sueco empezó a hacer agua a partir de los años setenta. Los motivos: la crisis del petróleo de 1973, el aumento de la esperanza de vida, hecho que comportaba más años para cobrar la pensión después de la jubilación, y la demanda de jubilaciones más tempranas. La respuesta se dio en distintos frentes: las listas de espera para la sanidad se hicieron más largas, la iniciativa privada entró en el sector de la tercera edad y el concepto de accidente laboral se hizo más restrictivo.

El ex presidente dijo que Cataluña está, de momento, a salvo de una crisis en su sistema de bienestar, aunque explicó que "tarde o temprano" habrá que empezar a plantearse que esa crisis también puede llegar a esta comunidad. A juicio de Pujol, el sistema de bienestar catalán en muchos aspectos funciona ahora "mucho mejor" que el de Suecia, aunque nunca haya alcanzado los niveles del país escandinavo. Lo preocupante es, continuó, "que con las actuales dinámicas sociales de despreocupación sobre las responsabilidades personales, el sistema no puede seguir adelante".

El político atribuyó a la ciudadanía una "crisis de valores" que se traduce en la desatención a los suyos y a sí mismos, y puso como ejemplo la actitud hacia la tercera edad. "Tenemos que ser responsables y cuidar de nuestros ancianos. No podemos dejarlo todo en manos del Estado", afirmó. El ex presidente también tuvo palabras para "quienes dicen que los inmigrantes nos pagarán las pensiones". "Las pagarán", afirmó, "pero ellos también tendrán que cobrar su propia pensión".

Pujol agregó que la inmigración es "muy útil" como mano de obra y como aportación importante para las arcas de la Seguridad Social, pero pocos se han planteado que también representa un "problema de futuro".