Luisa Castro cierra 25 años de historia de 'Ésta es mi tierra'

Nació hace 25 años de la mano de Juan Manuel Martín de Blas, y hoy la poetisa gallega Luisa Castro pone punto final a Ésta es mi tierra (La 2, 22.05). A lo largo de estos cinco lustros más de 40 escritores han dejado su huella en una serie documental que ha ocupado la parrilla de TVE de manera intermitente desde 1981. "Sorprende que un programa de esta naturaleza haya sobrevivido durante tanto tiempo", dice Martín de Blas con cierta melancolía. "Programas de paisajes hay muchos, pero la originalidad ha sido observarlos desde la mirada de los creadores literarios. Ésa es la gran conquista".

Desde su nacimiento, Ésta es mi tierra ha recorrido España de la mano de novelistas, poetas y ensayistas. Carmen Martín Gaite, Gabriel Celaya, Miguel Delibes, Julio Llamazares, Ana María Matute, Manuel Rivas, Jon Juaristi, Luis Landero, Francisco Umbral, Manuel Vicent, José Saramago, Ángel González, José Luis Sampedro y Juan Goytisolo son algunos de los que han plasmado en imágenes los lugares que iluminaron sus obras. Para su director, la serie tiene un valor historiográfico añadido: recordar los viajes que hace 25 años emprendieron personajes ya desaparecidos, como Camilo José Cela, Gerald Brenan, Carlos Barral o Carmen Martín Gaite.

Desde la otra orilla han participado Carlos Fuentes, Tomás Eloy Martínez, Eduardo Galeano y Bryce Echenique, entre otros. "Era de justicia rendir homenaje a la América de habla hispana y a los grandísimos autores que han hecho tanto por el enriquecimiento de la lengua", comenta el creador de la serie.

Para la clausura definitiva, Ésta es mi tierra se adentra en Galicia al paso de la poetisa y novelista Luisa Castro, que inicia el trayecto en Santiago de Compostela, se traslada a Foz (donde nació y pasó su infancia) y realiza una emocionada parada en Mondoñedo para rendir homenaje a Álvaro Cunqueiro, uno de sus padres literarios. La autora de Las diosas blancas, Los versos del eunuco, La fiebre amarilla o Viajes con mi padre es el "símbolo de una generación de escritores jóvenes y supone un extraordinario cierre de ciclo", afirma Martín de Blas.