Zapatero y Maragall confían en un pacto para que el Congreso reforme el Estatuto

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el jefe del Ejecutivo catalán, Pasqual Maragall, trataron ayer durante casi dos horas en el palacio de la Moncloa sobre el futuro que le espera a la propuesta de reforma de Estatuto que el Parlamento catalán registró ayer en el Congreso de los Diputados. Ambos dirigentes confiaron en que, con diálogo, pactos y respeto a la Constitución, el Congreso aprobará una reforma del Estatuto catalán. Zapatero advirtió "con firmeza" a Maragall de que el texto deberá ser rebajado.

El presidente del Gobierno explicó a Maragall las principales objeciones al texto de la reforma del Estatuto y defendió la necesidad de que, a partir de ahora, se abra un diálogo entre todas las fuerzas políticas para intentar el máximo consenso con el fin de adecuar a la Constitución los aspectos más dudosos de la futura norma.

Los reparos de Zapatero al proyecto afectan al modelo de financiación, al blindaje de competencias, a las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat, a la unidad de mercado y a la Seguridad Social, según fuentes gubernamentales. El presidente trasladó a Maragall, según fuentes de La Moncloa, su confianza en que estas objeciones sean abordadas en el trámite parlamentario y que, a través de un diálogo abierto a todos, incluido el PP, se logre un amplio consenso.

Maragall coincidió con Zapatero en la necesidad del diálogo y la negociación, pero advirtió de que no hay que dejarse llevar por el tremendismo alimentado por el PP, que difunde una visión del Estatuto que no se ajusta a su contenido real.

Unas horas antes de la reunión con Maragall, Zapatero aseguró en la sesión de control del Congreso que la última voluntad sobre el Estatuto pertenece a las Cortes.