De Peñuelas

Hace poco más de un mes me dirigí a esta sección a través de un escrito en el que denunciaba, si bien de una forma genérica, el mal funcionamiento de la residencia de mayores de la Comunidad de Madrid denominada Peñuelas, gestionada por la empresa Eulen, donde por aquellas fechas residía mi suegra.

Hoy, sin embargo, mi denuncia sobre esta residencia es por un hecho concreto que pudo tener gravísimas consecuencias.

Después de varios días llamando la atención a los responsables de la residencia sobre el estado de mi suegra, que respiraba con muchísima dificultad y tenía úlceras en ambas piernas, que ofrecían peor aspecto día a día, sin que por ello se tomara determinación alguna que nos tranquilizase, optamos por llevarla a las urgencias del hospital Clínico.

Pues bien, tal era el estado en el que se encontraba, a juicio de los que la examinaron, que decidieron su traslado al hospital Carlos III, donde ha estado en tratamiento clínico desde el día 27 de enero hasta el pasado 7 de febrero, gracias a lo cual se ha conseguido controlarla y hoy en día está en franca recuperación, aunque, eso sí, no resida ya en Peñuelas.

Ante una situación como la descrita, que, por lo que he podido conocer en este tiempo, es tan sólo un botón de muestra, le pediría a la Comunidad de Madrid que tomase conciencia de la gran importancia que tiene la atención a nuestros mayores, que no radica en la mera excusa para llenar los bolsillos de unos pocos, los propietarios de las empresas gestoras de las residencias, sino en atenderlos de forma adecuada, como si de nosotros mismos se tratase.

... Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos, aunque, a decir verdad, arrieritos hay con los que nunca nos toparemos porque deambulan por espaciosas autopistas de peaje.