Seguridad en las aulas

Los profesores abajo firmantes, del IES Diamantino García Acosta de Sevilla, queremos expresar lo siguiente: el 25 de noviembre, a las 12.00, se encontraban dos profesoras impartiendo la clase de lengua castellana y literatura. De repente, un individuo ajeno al centro que se había saltado la cancela de entrada, abre la puerta del aula y, a gritos, pregunta por un alumno de nuestro centro para agredirlo, aunque, afortunadamente, no se encontraba allí. Las dos profesoras se acercan a él para invitarle a que se marchara y entonces, reciben agresiones físicas y verbales, acompañadas de gestos obscenos, ante el estupor de nuestros alumnos. Puesto que el "presunto" no dejaba salir a ninguna de las dos profesoras para advertir al profesor de guardia, una de ellas intentó calmarlo, cosa que consiguió después de perder buena parte del tiempo de clase. Finalmente, la jefe de estudios logró que abandonase el recinto escolar aunque siguió amenazando.

Preguntamos: estando matriculado en otro instituto, como más tarde supimos, ¿por qué no estaba en él? ¿Qué hubiera ocurrido si hubiese encontrado al alumno que buscaba? ¿Son conocedores los padres del "adolescente traviesillo" de las "lindezas" que comete su retoño en horas de clase? ¿Qué está fallando si toda la comunidad educativa andaluza aboga por una enseñanza respetuosa y no violenta? Nos gustaría que los padres se implicasen más en la educación de sus hijos y demandamos a la Administración una mayor vigilancia en los centros. Por último, pedimos a los compañeros que nos acompañan en este penoso periplo en que se ha convertido la enseñanza de la ESO que sigan reclamando unas condiciones de trabajo seguras y dignas.