"¡Vente a jugar al Bernabéu!"

"Hola, Adriano. ¡Vente a jugar al Bernabéu!". Hace unas semanas Ronaldo se ocupó de llamar a Adriano, la estrella brasileña del Inter, para que participase del proyecto filantrópico más grande organizado por un futbolista. En compañía de Zidane, socio en la empresa, Ronaldo es la imagen del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, cuya máxima publicidad se consigue mediante un partido benéfico que el martes, a las 21.30 horas, en el Bernabéu, celebra su segunda edición tras el éxito de 2003 en Basilea.

La llamada de Ronaldo a Adriano servirá para impulsar, entre otras cosas, cursos de formación y un proyecto de microcréditos a mujeres. "Con el dinero del partido de Basilea", explica la portavoz de la ONU, Aziyadé Portier; "ayudamos a muchísimas mujeres para incentivar su independencia económica. Por ejemplo, a una de Bangladesh le financiamos una máquina de coser y a otra, que vendía pescado en un puerto de África, una nevera".

El duelo futbolístico, que se publica como un encuentro de amigos de Zidane contra amigos de Ronaldo, mezclará a históricos del Madrid, como Hierro, Redondo, Suker y Mijatovic, con estrellas como Raúl, Van Nistelrooy, Totti, Fernando Torres, Rivaldo, Figo, Verón, Davids, Costacurta, Vieri o Mascherano. Hasta ayer, sólo dos elementos ajenos se habían apuntado: el campeón de la F-1, Michael Schumacher, y el ex piloto de rallies Carlos Saiz. La recaudación, que en 2003 fue de un millón de euros, será destinada a la promoción de objetivos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, entre cuyas metas fijadas para 2015 destacan la disminución de la pobreza mundial a la mitad y la reversión en la tendencia creciente del sida.

"Queremos demostrar que Madrid es una ciudad solidaria", dice Zidane. En la mente del francés, como en la de su compañero de obra, ronda la idea de lavar la sospecha de afición racista que sembró en Chamartín el amistoso España-Inglaterra.

Zidane y Ronaldo, embajadores de UNICEF, concibieron juntos la idea de jugar un partido benéfico desde que se reunieron en 2000 para hacer una campaña para la ONU. La edición de 2003, en Suiza, en un estadio para 30.000 espectadores, vio la venta de todo el aforo en 48 horas. Llenar el Bernabéu será más arduo. Para conseguirlo, Zidane y Ronaldo han participado en la labor logística imprescindible, desde la publicidad hasta la gestión de invitaciones a las estrellas. La lista, que permanecerá abierta hasta última hora, incluía ayer un número problemático de jugadores: 63.

La determinación de cómo se repartirán los dos equipos quedará a cargo de Zidane (el vestido por Adidas) y Ronaldo (el vestido por Nike) en conjunto con un grupo de seleccionadores filántropos. El de Italia, Lippi; el de Portugal, Scolari, y los de Brasil, Parreira y Zagallo, se apretarán en unos banquillos descomunales. Sólo Schumacher ha exigido jugar los 90 minutos. Volará en su jet con la única condición de que le dejen jugar "todo el partido" en el ataque.

Las entradas valdrán entre 7 y 45 euros y 3 para los socios del Madrid. El encuentro tendrá una cobertura mundial vía Eurosport.